Aunque a Andalucía no ha llegado, por ahora, la marea de másteres más o menos regalados que sacude la política nacional, sí hay preocupación. De hecho, algún dirigente regional ha empezado a blanquear su currículo de algún curso hecho en una reputada institución privada con sedes en Málaga y Sevilla, en la que muchos políticos han obtenido títulos que hasta ahora adornaban sus trayectorias. Aunque esos títulos ni estaban sujetos a calificación ni tenían carácter habilitante, más de uno y más de dos han preferido poner la venda antes de la herida y borrarlos en sus registros digitales.

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