Arranca en Madrid la Final Four de la Euroliga. El mejor baloncesto que se puede ver actualmente en Europa se dará cita en el Telefónica Arena con la presencia de cuatro clubes (Tau, CSKA, Siena y Maccabi) que se han ganado por méritos propios optar a tan preciado título.

El CSKA parte como ligero favorito tanto en su partido de semifinales como en la hipotética final. Su presupuesto, historial y plantilla así lo hacen ver. Se trata de su sexta participación consecutiva, lo que constituye un gran éxito si tenemos en cuenta la gran competitividad que existe en el baloncesto actual.

El Tau es el único representante español, pero lo hace con la mayor de las ambiciones y dispuesto a que este año sea el definitivo. En su cuarta participación consecutiva, ha ocupado casi todos los puestos posibles: segundo, tercero y cuarto. Sólo le queda escalar hasta el puesto más alto . ¿Por qué no en Madrid y con el calor del público español? Sin duda, Vitoria, el Tau, sus dirigentes, encabezados por Josean Querejet, y sus jugadores (en especial Prigioni, Vidal y Splitter) se merecen ganar por la excelente trayectoria que vienen realizando en esta última década. No lo tendrán fácil porque les ha tocado el peor rival posible en semifinales, el potente CSKA. Debe ser una ventaja jugar en Madrid y el equipo tiene que saber aprovecharlo.

Una de las características principales de una Final Four es el colorido de los aficionados que a buen seguro llenarán el Telefónica Arena. Será un gran espectáculo ver las gradas con los colores amarillo (Maccabi), verde y blanco (Siena), rojo (CSKA) y azulgrana (TAU), que poblarán todo el recinto madrileño y darán, aún si cabe, más ambiente a un fin de semana de baloncesto de altura. Destacar entre todos ellos a los aficionados israelitas, que suelen acudir en masa a este tipo de acontecimientos.

Uno de los aspectos interesantes de siempre de este torneo ha sido observar el rendimiento de los jugadores llamados a ser desequilibrantes. En la última década jugadores como Ginobili, Bodiroga, Jasikevicius o Parker marcaban diferencias y eran claves para conseguir el título. En esta nueva edición no veo a grandes nombres (exceptuando a Papaloukas o el mismo Siskauskas, MVP de la temporada pasada) pero sí a grandes equipos que necesitan de la aportación de muchos de sus jugadores para conseguir sus objetivos. El Montepaschi Siena es el más claro ejemplo. No tiene una gran estrella (quizás su base norteamericano McIntyre) pero destaca su juego de equipo, que genera una anotación bastante repartida y complica las defensas de los contrarios.

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Será la primera de las semifinales y, sobre el papel, un duelo bastante equilibrado. Los italianos han mantenido una asombrosa regularidad durante toda la temporada. El fin de semana pasado ganaron en la Lega por 103-46, lo que demuestra su gran estado de forma. Su juego se basa en los jugadores exteriores, unidos a la movilidad de su juego interior, donde el lituano Lavrinovic suele hacer bastante daño con su tiro exterior. La poca experiencia de sus jugadores en este tipo de torneos puede ser un handicap a tener en cuenta. Todo lo contrario le ocurre al Maccabi, ya que varios de sus jugadores ya saben lo que es ganar una Final Four. Han ido claramente de menos a más en la competición y llegan en un estado óptimo de moral y confianza. Su ala-pívot Morris ha sido una de las sensaciones de la Euroliga y junto al recuperado Vujcic forman un juego interior de mucho talento.

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Los rusos son favoritos pero los vitorianos están en casa. El juego del CSKA es bastante conocido. El juego exterior le aporta infinidad de posibilidades. La recuperación de Smodis junto al poderío bajo los tableros de Andersen les da más equilibrio a una plantilla muy bien dirigida por el italiano Messina. El Tau deberá buscar sus opciones en una defensa agresiva (posible zona 2-3 en determinados momentos para parar el juego fluido de los rusos) y en la profundidad de un banquillo donde las prestaciones de Prigioni y Vidal son siempre muy destacadas. El público debe empujar a los vascos a crear un ambiente donde el contrario no se encuentre cómodo en ningún momento. La clave del choque debe estar en la defensa. Los rusos destacan en este aspecto y el TAU deberá acercarse a su mejor versión defensiva para aspirar a ganar la semifinal.