Cansados de la austeridad

No creo que el presidente de la CEA sea un Keynes redivivo y dudo de que quiera competir por el liderazgo de Pablo Iglesias

Joaquín Marín Alarcón murió el jueves sin ver terminado el saneamiento integral de la Costa del Sol. Estoy seguro que siempre fue consciente de que eso sucedería. Durante años, le oí relatar ese objetivo utópico que le acompañó durante sus más de cuatro décadas de carrera como periodista. Y eso que pertenecía a una estirpe de profesionales que imponían de verdad y con razón. Confieso que sólo la última vez que le vi, cuando cené con él en un acto de la Asociación de la Prensa el pasado 15 de diciembre, apenas unos meses antes de que le detectaran la fatal enfermedad, me atreví a confesarle alguna jugarreta que le gasté cuando me fichó como articulista para La Opinión de Málaga, en la recta final del siglo pasado. Dado el respeto que le tenía. Así que su obsesión incumplida porque esta provincia turística completara el saneamiento, seguramente es el ejemplo más palpable del desinterés y la visión cortoplacista de los gobiernos que se han sucedido. Y nada presagia a medio plazo un cambio en las miras.

El presidente de los empresarios andaluces y a la sazón de Málaga, Javier González de Lara, estalló hace unos días contra las administraciones públicas. No dijo nada nuevo, así que sólo pudo modular el tono para elevar la intensidad de su repetida denuncia: son ineficientes. No es de recibo que sólo funcionen bien las instituciones que se dedican a recaudar. Una empresa que quiera generar 3.000 empleos necesita superar 88 trámites burocráticos. No hay un solo parlamento en España que se marque como objetivo derogar normas sino crear más. Los tiempos administrativos no se corresponden con los empresariales y eso se traduce en que se arruinan inversiones. Al tiempo que consideró un beneficioso "respiro" el lapso de diez meses transcurrido con un Gobierno en funciones en este país.

González de Lara, hombre profundamente moderado y que no se me antoja un Keynes redivivo y menos un competir por el liderazgo de Pablo Iglesias terminó por clamar: "Estamos cansados de la austeridad porque se ha convertido en un medio, es un pretexto de varias administraciones para no invertir". No sé si se trata del nuevo prontuario de una organización empresarial que el dirigente malagueño quiere modernizar . Pero estoy seguro de que no es una pataleta.

El ex presidente de la Junta José Antonio Griñán anunció tras tomar posesión un ambicioso plan para reformar la Administración andaluza. Una evidencia de su extrema bisoñez política pese a su dilatada experiencia. Los enunciados de aquel novedoso y esperanzador discurso desaparecieron con los meses de su agenda. El inmovilismo que sintetiza la trayectoria de Mariano Rajoy no ha tenido su excepción en la función pública. Y raro es el ayuntamiento que intenta romper esa norma. No me extraña que ante tanto despropósito sean ahora los empresarios quienes encabecen la manifestación contra la austeridad.

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