La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Fuera el Estado de Cataluña

El Gobierno catalán no piensa acatar la sentencia del Tribunal Supremo sobre la enseñanza: como en los últimos 27 años

El Tribunal Supremo ha blindado el castellano en las escuelas de Cataluña al rechazar un recurso de la Generalitat contra la sentencia del TSJ catalán que obliga a impartir en esta lengua al menos la cuarta parte de las clases en los colegios públicos de dicho territorio. Esto no es nuevo. Varias sentencias del Supremo y del Tribunal Constitucional han confirmado el derecho de los padres catalanes a que sus hijos sean enseñados, al menos en un 25%, en una de las lenguas oficiales del Estado (y hasta un 75% en la otra).

¿Cambiará, pues, la situación de discriminación del español en esa parte -de momento- de España? Para nada. El Govern ha dicho inmediatamente que no acatará la sentencia del Tribunal Supremo, al que él mismo había recurrido, y ha ordenado a los docentes que sigan con sus planes. Se ve que acuden a la Justicia española, pero sólo la obedecen si les da la razón. Si no, se declaran exentos de la jurisdicción española. El Gobierno nacional, por su parte, afirmó que las sentencias están, por supuesto, para cumplirlas.

¿Qué va a hacer el Gobierno para que el Govern cumpla? Ya se lo digo yo: nada. Son demasiado importantes los trece escaños de ERC, y ya se ha visto nuevamente estos días, como para que la Fiscalía o la Abogacía del Estado actúen contra los desobedientes. Irían en contra de la política ce apaciguamiento de Pedro Sánchez con los independentistas, a los que no conviene molestar, sino ofrecer lo que necesiten para que se encuentren más cómodos en el Estado español (la verdad es que no quieren estar cómodos, sino irse).

Esta política se consagró con el indulto a los golpistas y la mesa bilateral de diálogo y cada día alcanza un nuevo mojón -hito-, sobre todo en época de pactos presupuestarios. Ahí entran, inversiones aparte, desde las enmiendas para obligar a las plataformas audiovisuales a producir en catalán -proteccionismo en plena era global- hasta la retirada de una partida para rehabilitar la Comisaría de Vía Layetana, la ausencia de la bandera de España en el 87% de los municipios de Cataluña o la negativa municipal barcelonesa a que se erija una estatua al Quijote.

Como la idea de sacar a Cataluña de España se saldó con un fracaso estruendoso y ha habido que aplazarla, se trata de combinar los proyectos que la acerquen con iniciativas y medidas encaminadas a sacar a España de Cataluña. Lo prodigioso es que una idea tan reaccionaria la asuma un Gobierno de izquierdas. Bueno, eso dicen ellos.

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