Cerrado por vacaciones

El Gobierno del país con mas incidencia del coronavirus en el mundo permanece cerrado por vacaciones

Hoy son muchos los observadores internacionales que no comprenden cómo el Gobierno del país con mayor incidencia del coronavirus en el mundo permanece cerrado por vacaciones. La sensación general parece la de haber tirado la toalla y dejar al propio sistema sanitario que decida lo que quiera y trate de solventar la situación. Pero curiosamente los datos nos podrían estar presentando un nuevo escenario más manejable, siempre que las decisiones sean claras y globales. Pensar que el derivar a nuestro sistema autonómico toda la resolución de la crisis, e irse a descansar, era suficiente ha sido un error. Es lógico porque, casi con toda seguridad, el coronavirus diferencia poco el catalán del vasco o del albanokosovar, así que la probabilidad de contagio nos ha devuelto a la triste realidad: frente a la enfermedad todos volvemos a ser iguales.

Hoy se abren nuevas hipótesis que deben ser analizadas. Por ejemplo, el hecho de que el fuerte incremento de los contagios no se corresponda con una ocupación masiva de los hospitales, como si ocurrió en la primera ola. Las justificaciones podríamos encontrarlas en que la edad de los pacientes ha cambiado, protegemos más a nuestros mayores, antes no se hacían tantos test, etc. Pero lo que sí es cierto es que el número de personas con mascarilla es muy superior al precedente, cuando no se usaban porque no había, y parece haber el mismo número de contagios. Por tanto, una de las conclusiones podría ser que el número de personas con coronavirus durante el confinamiento era muy superior a lo que indicaban las cifras oficiales y esa es una respuesta fácil de resolver a posteriori pero que sigue sin conocerse.

Otra cuestión a tener en cuenta viene de las investigaciones del instituto Karolinska de Suecia. Parece que la existencia en nuestro cuerpo de linfocitos T, que engullen a las células infectadas por coronavirus, no requiere de la presencia de anticuerpos. Por tanto, el nivel de inmunidad en la población podría ser mucho mayor de lo que conocemos. Evidentemente estos análisis para ver el número de linfocitos T es más caro que el de anticuerpos, pero bastaría con un muestreo suficientemente ajustado para conocer realmente el nivel de protección de nuestro país. Quizás también esto podría dar respuesta a como, si tenemos un nivel de seroprevalencia tan bajo aún, no se incrementa el nivel de hospitalizaciones ni de fallecimientos.

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