Chamusquina

¿Dónde va Sánchez con 85 diputados de la mano de los separatistas y del nuevo vecino de Galapagar?

Las resoluciones judiciales que de manera sucesiva han enviado a prisión a Zaplana, titular indiscutible en la alineación del aznarismo, y condenado al PP por la Gürtel (y decían que los jueces eran de derechas…) se nos aparecen como esquelas sin cruces que vocearan el paso a mejor vida de esta lastimosa legislatura. Ya pueden rebuscar entre las excusas los cabezas pensantes, pero la calificación de organización criminal sobre un partido desde la solemnidad judicial traspasa cualquier límite, por mucho de que siga habiendo allí gente muy válida, y justifica iniciativas parlamentarias que están en el ordenamiento, como la moción de censura.

No es la primera vez (de hecho, en la España democrática es la cuarta) que se promueve una para remover de su cargo a un presidente salido de las urnas. La moción no sólo exige reproche, sino también alternativa y proyecto. Ésta presenta, además, el componente novedoso de la sorpresa y la improvisación. Pedro Sánchez, sin duda bien aconsejado, llevaba un tiempo en un segundo plano, prestando al Gobierno un apoyo discreto en Cataluña esperando un resbalón oportuno que le permitiera coger aire para la pelea. Casi sin quererlo se ha encontrado con el balón botando, y las circunstancias lo han puesto en la disposición de liderar algo que posiblemente ni él mismo sepa muy bien cómo controlar, una baza irrechazable cuya renuncia muy pocos le perdonarían. Visto así, la moción es más que oportunidad obligación, y no seré yo el que la critique.

Sin embargo, soy de los que piensan que no prosperará, y además ni a él mismo le conviene que triunfe, terrible paradoja que explica por sí misma el endiablado tablero de ajedrez en que anda convertida la política española, con los dos partidos tradicionales en franco declive y los de la nueva ola aupados más sobre el hartazgo del personal que otra cosa. ¿Dónde va Pedro Sánchez con ochenta y cinco diputados de la mano de los separatistas y del nuevo vecino de Galapagar? Al mismo sitio que Mariano Rajoy de sentencia en sentencia, a ninguna parte. Cuentan los enterados de Madrid que los del PNV, albaceas trincones de esta pobre herencia, ya han dicho por lo bajini que no apoyarán la moción. Mejor para todos. Ahora solo falta que el presidente le haga un último favor al Estado, en tiempo prudencial convoque las elecciones, y poco a poco se vaya disipando este incómodo olor a chamusquina.

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