La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Chantajes Pedro

Sánchez es el mayor problema que tiene la credibilidad cuando hablamos de políticos ejercientes

Se despide 2019 dejándonos profunda huella aplicada del cinismo político, y al gran intérprete de ese hallazgo, Pedro Sánchez, en lo más alto de su capacidad como trilero. Ha sido el año de su eclosión como líder mentiroso compulsivo, un genio del ideario narciso/grouchomarxista, que pregona, sin rubor: "estos son mis principios, pero, por gobernar, acepto otros".

Es el gran creador del cambio de opinión fulminante desde el "gobernar con Podemos me quitaría el sueño", al, 72 horas después, "dormir con Podemos es lo progresista". Un presidente que ha dejado pública constancia, en dos turnos, de la inicua manera de ejercer sus principios, no podía quedarse en esa vulgar y reiterada costumbre de algunos líderes de ejercer el engaño con pasmosa naturalidad e inusitada frecuencia, sin ofrecer un añadido, una elongación de su ser político que lo distinguiera del montón.

Sánchez es el mayor problema que tiene la credibilidad cuando hablamos de políticos ejercientes; y de España, tal como hoy la conocemos. Para enfatizar su desprestigio y el de su partido, Mentiránchez ha añadido ciertos castigos, llamémosle mejor chantajes, según los cuales, y como los andaluces hemos votado mal, nos aplica una suerte de reinventado 155 con el que endurecer nuestras fuentes de financiación, y advertir al futuro elector de lo que significa no votar como guste al PSOE de Mentiránchez.

Como los murcianos tampoco votaron adecuadamente, les cierra el grifo del trasvase Tajo-Segura, para que vean en el Sureste de lo que es capaz Mentiránchez si no votan mejor en Murcia. O a los pensionistas que, con ánimo gañán, les prometió en noviembre que en diciembre subiría el IPC a sus pensiones, pero se las ha congelado, haciéndolos rehenes de su propio interés, para que sepan el precio del rescate, lo que pasa si no lo invisten pronto de presidente.

Como chantaje es usar los instrumentos del Estado para hacer feliz a Junqueras e Iceta. Someter a su criterio particular, por interés muy suyo, a la Abogacía del Estado, que no del Gobierno, para que firmen el informe que más agrade a ERC y mejor afloje su voluntad pactista aunque ello humille a sabiendas a nuestro Estado de derecho.

Chantajes Pedro, y su pléyade propagandística afín, con los que busca convencernos de que con sus mentiras busca la estabilidad del país, no su ruptura. Ese reto emocional con el que dar a entender a los avenidos que sin el PSOE de Pedro, el infierno. ¡Válgame el cielo!

¡Resignado 2020!

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