Ciudad libre de machismos

Las muertes se suceden y las administraciones recurren a las campañas, incapaces de contener el goteo crónico

Unos 200 profesionales de la práctica totalidad de los sectores malagueños acaban de dar a conocer un documento con las prioridades para el crecimiento de la ciudad de Málaga en el horizonte de 2020. Se abordan las futuras infraestructuras, el potencial de la urbe en materia turística y el impacto de las nuevas formas de alojamientos, la cultura, la tecnología o los problemas del empleo. Hay lemas y eslóganes por doquier. Si salen adelante Málaga va a tener tantos apellidos que le costará discernir cuál es su verdadera entidad como ciudad. Pero me ha llamado la atención una de las propuestas: "Crear la marca Málaga ciudad libre de machismos". No hay que renunciar a la utopía, se decía hace siglos en las formaciones de izquierda cuando acuñaban propuestas irrealizables. En este caso, habrá que convenir que los impulsores de esta iniciativa gozan de un optimismo ilimitado o de una ingenuidad a prueba de realidad. Porque el veneno sigue inoculado en las nuevas generaciones, como si el mal se propalara con solo respirar.

Ayer se celebró el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. En los últimos días hemos asistido a un juicio por una supuesta violación en manada, que ha causado una conmoción social y que ha provocado que afloren unos estereotipos muy asentados, capaces de criminalizar a una mujer porque camine sola y de noche por una ciudad. Las muertes se suceden y se cuentan con horror el número de niños asesinados por su padre en lo que va de año en España. Y las administraciones, incapaces de contener el goteo crónico de casos, responden con campañas de marketing, como si un anuncio en la televisión fuera capaz de apagar el interruptor mental de los futuros asesinos.

La demagogia y el absurdo se imponen. El PSOE en la Diputación de Málaga presentaba esta semana su contribución a la causa con el X3. La presunta condición para que los socialistas respaldasen los presupuestos del organismo provincial del próximo año. Que se multiplicaran por tres las partidas que persiguen la igualdad. La reducción del problema a una cuestión de dinero. "Ni rosa ni azul, que no nos roben los colores", leía otro lema de sensibilización promovido con el mismo fin por una empresa privada.

En Zamora, en ese intento desesperado por ser original y logran un titular llamativo capaz de atraer la atención de medios y ciudadanos, decidieron que la mejor fórmula del éxito consistía en sembrar las calles de anuncios con gracias machistas de toda la vida. Para rematar con el aserto de que la violencia contra la mujer no es un chiste. Pero hasta en la forma de combatir la lacra seguimos presos del machismo.

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