Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Civismo… o collejazo

Un señor corpulento cruza una gran avenida a la que me incorporo con mi coche, parándome en un semáforo en rojo para que, en verde, crucen los peatones los cincuenta metros de paso de cebra. Parpadea su verde, comienza a parpadear mi naranja. No puedo retomar la marcha porque el peatón teclea su móvil mientras cansinamente camina, aunque su peatoncito está ya bien en rojo. Lo aviso con un toque leve de claxon del peligro que corre, y me mira chulesco y masculla algo que, por los gestos, debe de ser un "¿pasa algo, eh?". Sigue su paso, parsimonioso, medio torero, medio kamikaze. "Fue mi profe de Ética", me dice mi joven copiloto. Pura anécdota anónima; todos tenemos una mala tarde, y hasta una a la semana, aunque si quien se salta los semáforos -valga semáforo como símbolo- es un educador de la moral, y además saca pecho y chulería, es porque rige, en mayor o menor medida en cada sociedad concreta, lo de "vicios privados, públicas virtudes". Cuando eso sucede, le damos el cambiazo a la moral -los principios más o menos compartidos sobre lo que está bien y mal- por el puritanismo. Entonces, los mecanismos sociales de coerción y castigo deben funcionar sin complejos y con frialdad quirúrgica: si no, los equilibrios sociales se van a donde dijimos.

Los melindres santurrones -santurrones, pero laicos- con el principio de autoridad constituyen uno de los complejos más insondables y característicos de la sociedad española. Es otro espejo de esa polarización algo frentista que, a unas malas, acaba como el rosario de la aurora (rezando el rosario al alba, dos procesiones, ambas con ínfulas de ser primera o mejor, se encontraron, y acabaron a pura bofetada y farolazo, de ahí el término). Rige, en este sentido, la santificación del show y la diversión, eficaz narcótico de las masas. Echen cuenta de algunas ciudades, convertidas en Eventolandia: me dicen que ayer cortaron unas cuantas calles durante horas por la boda en la Catedral de Sevilla del converso Sergio Ramos (se ha bautizado y ha hecho su primera comunión ya con varias Champions League). Volviendo al control interno (educación) frente al externo (norma y sanción), esta semana hemos sabido que el ayuntamiento del pueblo salmantino de Carbajosa de la Sagrada -qué gran nombre- contrata detectives para grabar desde el zurullo de autos a su casa a dueños de perro que no recogen los excrementos de sus adoradas mascotas. Y empaquetarlos grabación en ristre. Porque el que nace lechón, muere cochino. De Guijuelo, en este caso. Pero por aquí también los tenemos, y a manojos.

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