Las dos orillas

José Joaquín León

Coche bomba sin heridos

VISTO desde fuera de Euskadi, el problema vasco es aburridísimo. Han pasado más de 30 años, pero no han asumido la muerte de Franco. La vida sigue igual. Hace cuatro años, el 9 de febrero de 2005, ETA colocó un coche bomba en el Campo de las Naciones de Madrid, cerca de Ifema, que causó 43 heridos e importantes daños materiales. Ayer, otro 9-F, a primera hora, ETA volvió a atentar en esa zona, junto al edificio de Ferrovial, según precisaron en la llamada del aviso. Esta vez también se registraron daños cuantiosos, aunque no hubo heridos.

ETA no hace sus atentados al azar. Busca los símbolos de la lógica del terror. En este caso ha querido dejar claras tres cuestiones: que tienen capacidad operativa para atentar en Madrid, que les ha fastidiado la sentencia del Supremo contra las listas de sus satélites políticos para las elecciones vascas, y que siguen a lo suyo contra el tren de alta velocidad vasco. Tres cuestiones que se resumen en una: el chantaje como sistema para obtener lo que busca. Ésa es su única forma de resolver lo que ellos llaman "el conflicto".

Ante esta actitud hay que tener en cuenta lo fundamental: ETA está muy debilitada, aunque conserve cierta capacidad de actuación. Poner una bomba o asesinar a alguien es relativamente fácil. Lo hacen muchos delincuentes y no pillan a todos. La furgoneta-bomba fue robada la noche del domingo. Por consiguiente, en pocas horas, la cargaron de explosivos, la colocaron en el sitio elegido y la activaron para la explosión. Eso demuestra cierta capacidad de maniobra en Madrid. Y ya se sabe que no es igual una furgoneta-bomba en Madrid, aunque no cause heridos, que en Vitoria o en las afueras de Bilbao, donde tendría la cuarta parte de atención. Madrid es la capital del país, el centro del mundo, y la sede de la televisión española, con lo que supone de impacto mediático.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer que ETA ha avalado la decisión del Tribunal Supremo. Queda bien, como postura oficial. Pero, dando por sentado que los etarras no tendrán representantes afines en el próximo Parlamento Vasco, el problema ya no es electoral, sino los días antes y el día después. En la campaña, tal vez tengan la tentación de no respetar que estamos en Carnaval o en Cuaresma. Y una vez sea elegido un nuevo lehendakari, intentarán condicionarlo para otra negociación. A ver si cuela.

Explosión de un coche bomba en Madrid. ¿Cuántas veces nos ha llegado esta noticia? Los terroristas de ETA siguen igual que con Franco, ajenos al tiempo, colocando sus coches bombas, como si quisieran cargarse a otro Carrero Blanco, en una España diferente que ha aprendido a olvidarse de ellos, aunque están ahí.

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