Cordones sanitarios para Vox

Determinados discursos han llegado a lexicalizar, a fijar ideas absolutamente falsas en la mente de muchos ciudadanos

No me gustan las etiquetas ni la censura previas, porque son esas -además de otras muy diversas- actitudes políticas que se emplean para controlar el derecho a las libertades de pensamiento, de expresión, de información, de reunión y de asociación, consustanciales todas ellas al propio ejercicio participativo en una sociedad verdaderamente democrática y libre y en la que no deben de haber más límites que los que establecen las leyes.

Por eso, ante actitudes de sistemática prohibición o persecución "se me ponen los pelos como escarpias", tremenda hipérbole que denota una mezcla entre enorme asombro y exacerbado miedo.

Viene esto al caso porque, ante la aparición e irrupción de una nueva oferta política de clara, rotunda y radical posición de derecha: Vox, el más inteligente mensaje de Europa, claramente influenciado por la tradicional ideología burguesa de la izquierda de etiqueta francesa, no es otro que proponer el establecimiento, en su derredor, de un cordón sanitario, que la aísle, en vez de proponer la previa observación y posterior actuación. Menos mal que a esas mentes preclaras no se les ha ocurrido inocular a toda la población con alguna vacuna que inmunice al personal, frente a cualquier veleidad que tiente a apoyar estas opciones conservadoras a ultranza: He ahí la progresista Europa.

Antes de proseguir y en evitación de suscitar suposiciones malintencionadas o mal fundamentadas, he de decir que no soy militante de Vox, pero sí soy militante demócrata.

Y no deja de sorprenderme cómo determinados discursos han llegado a lexicalizar, a fijar ideas absolutamente falsas en la mente de muchos ciudadanos. Es el caso por el que se ha llegado a creer -erróneamente, claro está- que demócratas sólo son aquellos ciudadanos partidarios de opciones políticas de izquierda. Cuando la realidad es que demócratas son sólo aquellos partidarios de la diversidad de ideas y convicciones, sean de cualquier lugar del espectro político en el que se respeten las libertades propias y las de los demás a través de las mayorías.

Por eso creo que no es bueno poner cordones sanitarios a cualesquiera propuestas políticas sólo por ser de derecha, pues, hasta ahora, desde donde únicamente han salido propuestas para eliminar o controlar determinadas libertades a la sociedad y a los ciudadanos, ha sido -precisamente- desde la izquierda populista de los cien nombres. De todos modos, los votos serán siempre los que manden ¿O no?

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