Han hecho falta más de 11 años para que el problema de la falta de capacidad de almacenamiento de agua de la Costa del Sol tenga visos de resolverse". Así arrancaba una información este periódico en la que se anunciaba que tras interminables debates sobre la posibilidad de apostar por el recrecimiento del pantano o construir uno nuevo, finalmente la Junta de Andalucía había resuelto que la mejor solución era acometer una nueva presa en la zona.

Nos felicitábamos, debo de reconocer que con un exceso de triunfalismo, porque, por fin, todo parecía encaminado para afrontar una de las infraestructuras clave para encauzar un problema crónico en la provincia como es el de la falta de agua. Esta noticia la publicamos el 15 de mayo de 2010. Siete años después, en 2017, comenzaban las consultas medioambientales para ver la viabilidad de la infraestructura.

El pasado martes en una jornada organizada por este periódico con la participación, entre otros, de los alcaldes de Marbella, Torremolinos, Estepona y Benahavís, Manuel Cardeña, el director general de Acosol, la empresa pública de aguas del litoral occidental, defendía la necesidad de abrir un debate para determinar si el nuevo embalse es o no necesario y, en su caso, determinar cuál sería el mejor lugar para su ubicación.

Una década después, vuelta al punto de partida sin avanzar un centímetro. Ahora la solución es la conexión de una red de tuberías que permitan la intercomunicación con los pantanos cercanos, tanto los del Campo de Gibraltar como los de Málaga. Se trata de trasvasar los excedentes de agua de una presa a otra, sobre todo a la de la Viñuela, con una gran capacidad para funcionar como almacén. El proyecto tampoco es nuevo. En 2017 anunciamos el acuerdo entre la citada Acosol, su homóloga en el Estado, Acuamed, y la Junta para acometer una inversión que se cifraba en 150 millones de euros. A estas alturas, se calcula que será necesario al menos un año más de trámites burocráticos para poder iniciar la obra. Así que puede que en 2029 pueda reescribir este mismo artículo.

Esta es la realidad de una provincia que recibe al año más de ocho millones de turistas. Con algunos de los municipios más importantes de España en el sector, pero con unos responsables políticos municipales y provinciales incapaces, hasta ahora, de hacer causa común y enfrentarse a una administración pública, andaluza y nacional, que ha ninguneado a Málaga.

La sequía no se cura sólo con agua. La crisis climática. El crecimiento constante del volumen de visitantes. Las comunicaciones. El desarrollo urbanístico desaforado. La costa tienen ante sí muchos retos futuros. Pero el ejemplo muestra su debilidad.