Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

Criaturas liberales

De lo que se trata es de que no les jodan el negocio, lo de la tolerancia liberal ya lo irán viendo... con la copa de balón

Me pregunto cómo es posible que no haya en España un partido liberal. Así: Partido Liberal Español, o de España (PLE). No digo que fuera a llevarse unas elecciones por la patilla, pero sí parece que obtendría un número de escaños suculento. Porque por lo que se ve y se oye, este país está petado de liberales. Los hay por todas partes. ¿Yo? Yo soy liberal. ¿Yo? Liberal de toda la vida. Hay algunos para los que la cantidad no constituye ningún problema. Yo soy muy liberal, proclaman. Y otros hacen de ello su identidad, su condición: yo soy un liberal.

Pero parece que no encuentran acomodo en este sistema. Eso dicen. Ese es su lamento de protomártires por la auténtica y única libertad. Como uno al que hace unos días entrevistó este periódico. Como todo liberal que se precie, exhibió un currículum de gama alta, propio de esta era, en la presentación de su último catecismo o recetario: es empresario, es analista político, es… es liberal. De un liberalismo que lo llevó al PP, claro, que lo hizo flirtear con Ciudadanos -claro también-, que le abrió las puertas de la Fundación Civil de Mario Conde -¿esta corriente del liberalismo cómo se llama, liberal-delincuencia?- y que lo motivó para entrar en Vox, partido que en mi barrio se dedicó en una de las últimas campañas electorales a mover un coche de un lado para otro con carteles y una megafonía en la que nos llamaba a movilizarnos por la españolidad de Gibraltar, dado que en la zona no tenemos otras prioridades ni problemas más acuciantes. En esta nutrida experiencia política no aparece el GIL (su L era de liberal, ¿no?).

Y sin embargo, esta singladura no impide a este liberal ciscarse en lo que para él y los suyos es el gran mal de este país: la partitocracia. Y ahí andan, a ver si acaban con ella (la paradoja es que después encuentra uno criaturas liberales de estas en todos los partidos; tiene que haber hasta en el Partido Hortofrutícola Andaluz). Si lo consiguen -también me pregunto- ¿con qué modelo se quedan? ¿con el de anarco-liberal con los riñones bien abrigados o con el de liberal encantado con un régimen totalitario de partido único con los riñones bien abrigados? En cualquier caso, de lo que se trata es de vivir a lo bon vivant, al más puro estilo liberal y sin consentir, por supuesto, que nadie, ni socialdemócratas, ni comunistas, ni conservadores, ni "perroflautas ni ratas del 15-M" les jodan el negocio. Lo de la tolerancia liberal ya lo irán viendo. A los postres. O con la copa de balón.

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