Crónica Personal

Derrota de Abascal

La moción ha sido demoledora para Vox: Sánchez sale sin un rasguño y Casado con ganas de pelear por su espacio electoral

Ha sido un error político descomunal, la moción de censura de Vox ni siquiera va a servir de lanzamiento político de Santiago Abascal como dirigente con el que contar en el futuro, como ocurrió con Felipe González en el 80; en esta ocasión Abascal sale vapuleado por todos los contrincantes. Pero el que lo dejó noqueado fue Pablo Casado, su ex compañero de partido. Lo que le recordó Casado, que criticó que descalificara un partido, el PP, en el que Abascal militó durante 15 años y le permitió ganarse la vida en ese tiempo.

Casado fue el protagonista de la segunda jornada de la moción de censura ante Abascal. Lo más demoledor para el líder de Vox fueron los argumentos que desgranó Casado para presentarlo como la muleta de Sánchez, como el hombre imprescindible para mantenerse eternamente en el Gobierno dividiendo al centro derecha. "Su partido -le dijo- es el seguro de Sánchez para seguir de inquilino en La Moncloa". Sóolo respiró Abascal cuando Sánchez, en su última intervención, anunció que paraba el reloj en sus maniobras de renovación del Consejo General del Poder Judicial para retomar las negociaciones interrumpidas con el PP. Abascal saltó como un resorte en su escaño, y le faltó tiempo para acusar a Casado de votar no a la moción con esa intención: negociar los vocales del Consejo. Una acusación que demuestra que Abascal no está en el mundo de la política actual: hace días que Bruselas ha puesto sobre la mesa que ese intento del presidente español rompe las reglas de las democracias.

Todo le ha sonreído a Casado en el debate. La solidez de su intervención, que sin duda marca un antes y un después para su partido tras meses en los que la decepción se había adueñado de militantes y votantes, incluso de dirigentes; la falta de reacción eficaz de un Abascal que parecía desconcertado tras la intervención de su antiguo compañero y amigo, y la torpeza de Pablo Iglesias, que se empeñó en intervenir en nombre del Gobierno durante el debate y que, en lugar de criticar al candidato a la presidencia del Gobierno, arremetió contra Casado que, pidiendo derecho de réplica, puso a Iglesias ante sus contradicciones, sus ambiciones, su escasa talla política y su demagogia, que no conducen a ninguna parte. Desgranó todas las actuaciones e iniciativas contrarias al movimiento 15-M que fue el punto de partida de Podemos, movimiento ilusionante para muchos españoles que hoy no se reconocen en el vicepresidente segundo del Gobierno.

La moción ha sido demoledora para Vox: Sánchez sale sin un rasguño y Casado con ganas de pelear por su espacio electoral.

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