AL menos tres grandes periódicos nacionales han creído conveniente llevar a sus portadas de ayer la noticia de que el nuevo secretario general del PP valenciano, César Augusto Asencio, es el autor de un artículo detestable en el que negaba el holocausto nazi y sostenía que el judío se ha dedicado durante toda su vida a vivir a costa de los demás mediante la usura.

No digo yo que no sea útil conocer el dato para tener idea cabal de la biografía de este hombre público, como de la de todos, pero sospecho que no sirve para juzgar si Asencio es válido para sustituir al defenestrado Ricardo Costa. Y ello porque Asencio escribió el artículo de marras en 1979. Eso lo único que quiere decir es que hace treinta años el nuevo secretario regional del PP en la Comunidad Valenciana ponía en duda el holocausto y era más antisemita que Martin Borman, y nada más.

En 1979 César Augusto Asencio tenía diecisiete años, es decir, había vivido la tercera parte de lo que ha vivido hasta ahora. Su cabeza debía estar llena de serrín, lecturas malsanas y pésimas compañías. Ya ha pedido perdón por ese pecado de adolescencia, pero eso no le iba a librar de salir en primera página. La noticia de hace treinta años resultaba muy tentadora como para no utilizarla para hurgar en la crisis del PP. Como si hiciera falta...

Que levante la mano quien, pasados los cuarenta años, no se avergüence de sus escritos a los diecisiete o de sus secreciones intelectuales durante la adolescencia. Solamente las piedras o los muy idiotas mantienen las mismas ideas con una edad que con otra. Constituye una tropelía considerable otorgar significación e importancia en la vida pública de una persona en 2009 a lo que escribió en 1979. Creo que el 90% de los políticos renegaría de algunos, o muchos, de sus pensamientos, palabras y obras.

Mi colega Santiago González, por ejemplo, ha reproducido en su blog una fotografía, tomada también en los años setenta, en la que aparece una adolescente de camisa azul, al lado de una bandera española con el yugo y las flechas y demás avíos fascistas. La muchacha, Maru Menéndez, era de familia netamente franquista e hija de un capitán golpista del 23-F. Ahora es portavoz del Partido Socialista Obrero Español en la Asamblea de Madrid. Lógico: la joven ha madurado. Supongo que si alcanza el nivel de Asencio (en su caso, secretaria del PSOE madrileño), los tres periódicos recordarán en primera sus tonterías juveniles, tan naturales como las mías o las de usted.

Es una suprema hipocresía enjuiciar a la gente por lo que fueron en un momento de sus vidas del que ellos mismos reniegan. Sobre todo, si es para destruir su figura treinta años después.

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