Desde la Caleta

Manuel Atencia / Robledo

Desesperación

ESTA semana se ha propagado el intento no ya de llevar a término la VIII legislatura del Parlamento andaluz, lo que es perfectamente legítimo, al margen de las valoraciones sobre su conveniencia o no, sino de alargar la legislatura lo más posible. Incluso se ha llegado a hablar de celebrar las elecciones andaluzas en mayo.

He sostenido en esta columna que el mandato de Zapatero no daba más de sí y sostengo hoy que es una irresponsabilidad anunciar un adelanto electoral a casi cuatro meses vista y no hacerlo de forma inmediata. El tiempo y las circunstancias de los últimos días vuelven a dejar en evidencia al presidente por actuar así y el clamor ciudadano para que anticipe el adelanto electoral es manifiesto.

La pretensión de los cerebros del aparato socialista de la calle San Vicente (para los que no lo sepan, es la sede del PSOE andaluz) de prorrogar la legislatura hasta el mes de mayo, es un intento desesperado de tratar de salvar los muebles, confiando que al poner distancia con la debacle que esos mismos prevén para el 20-N, los ciudadanos se apiaden de los que nos llevan gobernando durante los últimos treinta años.

Esa propuesta es ilegal, antidemocrática y errónea y solo demuestra el nivel de desesperación de un aparato político venido a menos que se siente derrotado antes de la batalla definitiva.

Es ilegal porque el Estatuto de Autonomía establece, en su artículo 101, apartado 2 que "el mandato de los diputados termina cuatro años después de su elección o el día de la disolución de la Cámara", es decir, el mandato de los elegidos el 9 de marzo de 2008 termina en esa fecha de 2012. Es imposible prorrogar la legislatura dos meses más. Recomiendo la lectura del artículo 42 de La Ley Orgánica del Régimen Electoral General que es el que establece los plazos de convocatoria de elecciones generales y autonómicas tanto en los casos de disolución anticipada como en los de finalización de la legislatura. En todos los casos es imposible llegar a la fecha que están planteando. Espero que no se esté maquinando modificar la ley electoral andaluza para incluir un precepto que, en contra de la legislación básica, permita, cual República bananera, prorrogar ilegal y antidemocráticamente el mandato caducado de los diputados.

Supongo que Griñán, por muy desesperado que esté, no se atreverá a tamaña barbaridad que solo contribuirá a su descrédito en lo que él considera su mayor valor, su integridad.

En todo caso, me parece un intento baldío y erróneo. El PSOE andaluz se equivoca no haciendo coincidir las elecciones andaluzas con las generales. Saben que si las adelantan las pierden y si no también. Parece que es cuestión de estar unas semanas más en los cargos. Andalucía requiere el cambio, lo demanda a gritos y los que no lo vean les pillará el tsunami sin capacidad de reaccionar.

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