Deshojando la margarita

No puede ser que un tema tan sensible como la ubicación de los hospitales se tome tan a la ligera

En las últimas décadas la planificación estratégica se ha desarrollado como respuesta al equilibrio territorial que todo lugar necesita. Y Málaga debe tenerlo en cuenta. Por ello no puede ocurrir que un tema tan sensible como la ubicación de hospitales, de forma que todo ciudadano pueda llegar en el mínimo tiempo posible a uno de ellos, se esté tomando a la ligera. No se trata de una margarita a deshojar: "ahora al páramo sanitario de la zona Este, ahora al colapso hospitalario de la zona Norte", sino de la decisión que beneficie a mas malagueños. Eso que suele llamarse el bien común, tan deseable en toda decisión política.

Hoy podemos valorar la importancia de haber buscado ese beneficio global en muchas de las infraestructuras con las que contamos. La propia Universidad de Málaga construyó su campus universitario fuera de la ciudad, pero con acceso directo a las autovías que la circunvalan. ¿Se imaginan que se hubiera pedido consejo a los profesores en vez de buscar el interés de todos los alumnos? La respuesta es bien sencilla: hoy todo el campus estaría metido con calzador en El Ejido. Otra decisión estratégica fue el PTA, que se hizo pensando en los miles de trabajadores futuros, por encima de los jefes y propietarios que hubieran preferido tener las fábricas en los anticuados polígonos.

La política sanitaria de los últimos años siempre pensó en los pacientes y colocó los hospitales junto a las autovías de acceso rápido, para beneficiar al máximo de municipios. Véanse ejemplos como los hospitales comarcales de Marbella, Antequera o Vélez Málaga. Sin duda son ejemplos claros de atención a los usuarios en el menor tiempo posible. Pero en Málaga parece que las decisiones de los médicos y el coste de los terrenos son prioritarias. Es curioso como, finalmente, todos los partidos de izquierdas, que antes pusieron los centros hospitalarios en las periferias, ahora hayan defendido que se coloque donde más hospitales hay. Esta claro, protegen a sus votantes sobre los del contrario, y estos últimos han caído en la trampa.

Y ahora no solo saldrá cara la decisión, sino que además se cometerá nuevamente el error de construir un metro sin usar tuneladora, incrementando exponencialmente los costes y los tiempos. Como decía el actor Vittorio Gassman: "El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar" .

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