Desórdenes

Nada de sedición, nada de traición, nada de esas cosas que además suenan muy antiguas, y nosotros somos muy modernos

Si usted, enardecido por las noticias que un chiflado le envía por TikTok, además de las 45 cervezas que acaba de ventilarse, se encasqueta una cabeza de bisonte y agarra una bandera cualquiera -pongamos que la confederada, o la pirata, o la del Kafiristán, o del Real Madrid-, y se planta en el Congreso de Madrid, y allí se encuentra con otros tipos como usted, también ataviados con cabezas de bisonte y banderas piratas (o de lo que sea), y todos juntos, unos quinientos o seiscientos, o quizá mil, o dos mil, o diez mil, qué más da, al fin y al cabo todos son buena gente, empiezan a asaltar el Congreso porque todos están muy cabreados y muy hartos y muy envalentados, ya que les han volado la cabeza con los mensajitos que les llegan por TikTok, y como además van todos muy cargaditos de alcohol, como si estuvieran en una interminable despedida de soltero -de hecho, algunos van vestidos de vikingos o llevan un enorme pene de plástico en la cabeza-, pues qué van a hacer, todos acaban entrando a patadas -usted el primero, que para eso ideó lo de ponerse la cabeza de bisonte-, y van violentando todo lo que se encuentran, policías y ujieres y vigilantes de seguridad, y llegan hasta el hemiciclo, y destrozan todo lo que encuentran, y gritan a favor de lo que sea -los zurdos, los calvos, los pobres, los desahuciados, los que no tienen nada-, y luego se hacen selfis en la tribuna del Congreso, y después van pegando más patadas a todo lo que se encuentran, y derriban muebles y cuadros, y pisotean más policías y más ujieres y más periodistas, y luego proclaman desde la tribuna la sagrada independencia de las cacatúas, o la libertad de los gorilas encerrados en el zoo, o nombran rey supremo a su rottweiler Conan, o se ponen a mear desde la tribuna porque la cerveza aprieta (¿eran 45 o 46?), y después vuelven a lo suyo, que para eso están ahí, haciendo cualquier locura que se les meta en la cabeza, no se preocupe: todo lo más le caerán cinco añitos de cárcel, poca cosa, nada, una fruslería, "desórdenes públicos agravados", así lo han determinado las almas bellas que nos gobiernan. Nada de sedición, nada de traición, nada de asalto, nada de esas cosas que además suenan muy antiguas, como de otra época, y nosotros vivimos en un país muy moderno. Pues nada, ya lo sabe, por si un día si se le calientan las pelotas, pues ya ve, no se asuste, buen hombre.

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