La tribuna

manuel Chavez González

Después de las elecciones europeas

SI las comparamos con las elecciones europeas anteriores, ninguna como las del 25 de mayo han provocado una conmoción política tan fuerte. Haré algunas consideraciones al respecto:

1. Las elecciones se celebraron en una situación económica que tuvo una influencia directa en la intención de voto de los ciudadanos. El sentimiento de éstos sobre la gestión de una crisis económica en la que no tuvieron ni arte ni parte pero cuyos efectos más graves soportaron orientó su voto. Junto a la situación económica, una crisis política con un síntoma claro: el rechazo a la política y a los políticos en general. Un rechazo sin matices: "todos los políticos son iguales" sin distinción de sus capacidades, de su ideología y de su honradez e integridad. Los ciudadanos votaron percibiendo la incapacidad política para afrontar las crisis así como el aumento de las desigualdades.

2. Muchos ciudadanos no encontraron en estas elecciones motivaciones para apoyar el proyecto europeo. Los euro barómetros de la Comisión Europea (CE) venían señalando cómo la confianza en la Unión Europea (UE) estaba en caída libre desde los inicios de la crisis. Cuando los españoles nos incorporamos a Europa en 1986, la veíamos como la solución a los seculares problemas de España. Ahora es percibida, justa o injustamente, como la Europa que ha puesto sus instituciones al servicio de los mercados. El propio Parlamento Europeo (PE) manifestó en un informe cómo la famosa troika no se debe ni responde ante nadie ni existe legislación alguna que la regule.

3. Las elecciones europeas presentan características propias en relación con las elecciones locales, autonómicas y las generales. En principio, muchos electores votan de diferente manera. Para otros, estas elecciones no tienen la misma importancia debido a la escasa información y conocimiento sobre el proceso de integración europea. Una reciente encuesta del Instituto Elcano señaló que las actitudes de los españoles hacia la UE son de indiferencia y desconocimiento: el 69% de los españoles no saben quién es el presidente de la CE, el 72% reconoce que está poco o nada informado de los asuntos europeos. Es más, casi la mitad de los españoles cree que las elecciones al PE no son importantes. Ello puede explicar la baja participación y la dispersión del voto en estas elecciones. Lo que facilita la aparición de nuevos partidos que hacen de estas elecciones su "carta de presentación". En todo caso, los ciudadanos votan con diferentes criterios en las distintas elecciones y extrapolar los resultados de unas a otras es un auténtico dislate.

4. Los resultados reflejan un fuerte descenso del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE). Para algunos analistas y políticos esta pérdida representa el fin del bipartidismo básico del sistema electoral español. Más allá del interés partidista, lo cierto es que si el bipartidismo antes era calificado de "imperfecto", ahora lo es mucho más. El descenso electoral debe ser una llamada de atención para ambos partidos. Si no hay una recuperación de la credibilidad perdida todo apunta a que después de las elecciones generales habrá dificultades para la formación de gobiernos estables y para afrontar las reformas institucionales y políticas que den solidez al sistema democrático y mejoren su calidad.

5. Al contrario de lo ocurrido en países de gran tradición democrática, la extrema derecha populista, racista y xenófoba no ha conseguido en España escaño alguno. Partidos como el UKIP británico y el Frente Nacional francés, han ganado las elecciones y desempeñaran un papel importante en la política de sus respectivos países. En España no ocuparán espacio político relevante. Quizás podamos entenderlo como un signo de moderación de la sociedad española o bien por la ausencia de liderazgos capaces de aglutinar movimientos de esta naturaleza; o ambas cosas. En todo caso, a nivel europeo, no es nada tranquilizador la presencia en el PE de partidos que pretenden eliminar los valores y principios democráticos sobre los que la integración europea ha venido construyéndose

6. En España sí han surgido nuevos partidos en el ámbito de la izquierda. El más llamativo por los resultados obtenidos es Podemos, que ha dado cauce político a parte del movimiento surgido el 15-M. No sé sí cabe la calificación de extrema izquierda pero en todo caso ni son unos "frikis" ni creo que, a priori, representen una moda pasajera. Están ahí, han demostrado una gran eficacia en la utilización de las redes sociales, con líderes surgidos de la televisión, y un lenguaje simple y al mismo tiempo agresivo y prepotente (recuerdan los pasos dados por el movimiento italiano de las Cinco Estrellas). Sus posibilidades de crecimiento son una incógnita. Las resumiría en una frase: decir no a todo puede ser una buena política a corto plazo pero no sirve para gobernar.

7. El PSOE ha tenido los peores resultados de su historia reciente. Su secretario general asumió la responsabilidad política por los mismos. Ahora el reto del PSOE es llevar a cabo un cambio en profundidad: de sus líderes, de sus estructuras, de su discurso, de sus modos de hacer política y de conectarse con los ciudadanos. Muchos ciudadanos se preguntan si el PSOE puede cambiar todavía y si puede cambiar a este país. La respuesta estará en el Congreso convocado para finales de julio. En estos momentos, no se trata, de hacer lo que es "popular" sino hacer, sin miedo ni complejos, lo que es necesario aunque sea difícil hacerlo.

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