Diario de una cuarentena (XIII)

Contra la anormalidad de la nueva normalidad vamos a necesitar un poco de más sentido común

Ultima semana de estado de alarma a unos días para que todo vuelva a ser casi normal. Horas después de la última entrega de este diario, Iglesias, que cuando no encuentra un charco en el que meterse parece que mee en desierto para que mane, declara que, como presidente de UP está a favor de la desmilitarización de la Guardia Civil, pero que como vicepresidente del Gobierno no le corresponde hacer comentarios. El recurso dialéctico es viejo: le podría llamar imbécil, caballero, pero no voy a hacerlo. Parece que en Madrid no tiene suficientes problemas y ha decidido emular al ayuntamiento de Málaga, que de vez en cuando los crea para resolverlos después y hace unos días empezó a anular las contrataciones para la feria que puso en marcha un mes antes. Cuando todos sabíamos que este año no habría calle del infierno para miles de paganos. Otra cosa es la opinión de ultracreyentes como Fernández Díaz, convencidos de que Belcebú está detrás de convertir al país en un averno, después de que el Papa Benedicto XVI le revelara que el diablo quería destruirlo.

Si le sumo la homilía del domingo del arzobispo de Valencia, metiendo al maligno de por medio en la investigación de las vacunas, y a Miguel Bosé con su teoría de que Bill Gate quiere aborregarnos introduciéndonos nano bots en el cuerpo, sospecho que a Simón lo ha nombrado Lucifer para llevarnos al colapso. Quizás sea para testear esa idea para lo que el ABC ha organizado una encuesta sobre la opinión que nos merece labor de epidemiólogo al frente del comité técnico. Pese a que la respuesta de "muy buena" es la única que se identifica con un partido político, Podemos, (eso es hacer una encuesta objetiva y lo demás, tonterías), el 47 % de los participantes consideran que se merece una medalla ("como solicita Podemos") y solo el 40 % cree que ha sido mala. Esta tarde sigo por Facebook su rueda de prensa. Resulta entretenido observar a un sujeto que, escondido bajo un alias, y en cuyo perfil solo se puede ver una foto a contraluz y la amistad de ocho adolescentes asiáticas, le llama asesino cada cinco comentarios con la misma frase plagada de errores de redacción. Puede que como pregona el arzobispo Cañizares "la eucaristía sea el antídoto contra el diablo", pero contra el coronavirus y la anormalidad de la nueva normalidad vamos a necesitar un poco de más sentido común. Los nuevos presupuestos serán un buen estudio de prevalencia.

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