Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Dices tú de fascista, Anna

La canción tradicional estadounidense Un hombre en continuo sufrimiento, que cantara Dylan y que cuenta con una gloriosa versión en O Brother!, de los Coen, relata en primera persona algo en esencia no muy distinto de lo que le canta un allegado a María de la O, que es desgraciadita teniéndolo todo. Muchos, aunque cada vez menos, porque todo cansa, estamos en continua contrariedad con las noticias que vienen de Cataluña. También lo están los catalanes, tantos los afectos a la causa de la ruptura, indignados de suyo, como los aún más sufrientes que se ven con el marrón sistémico de verse señalados como intrusos, traidores o, cómo no, fascistas. También los que se dedican a opinar en público están, estamos, en continuo sufrimiento con este asunto, pesado cual mano de novio que viene de permiso de la mili o, más simbólico de la realidad en cuestión, cual adolescente mimado de familia de dinero que no para de crear tensión en casa, al que todo parece poco y que todo problema proyecta en un culpable exterior. Pero es el de los cronistas un sufrimiento de lo más llevadero, como el de unas agujetas tras un exceso físico; y además, esa molestia continua provee de continuos temas para elaborar artículos: lo gozoso vende -y se consume- menos que lo conflictivo y lo indignante. Y la Cataluña en pie de guerra fiscal disfrazada de agravio es desde hace unos años una fuente de continuo sufrimiento. Teniéndolo tó, interiorizaron que España les roba, y desde esa miserable palanca mueven su pequeño mundo. O, brother! Oh, María de la O.

La ridiculez siempre se supera a sí misma, es cuestión de ir enloqueciendo o perdiendo el contacto con la realidad, creándose esquemas de comportamiento que mueven al patetismo y, eso, a la ridiculez. Esta semana hemos recibido una nueva dosis de estupidez solemne por boca de la alcaldesa de Vic y diputada de JxCat: "Hemos de concienciar a los catalanes autóctonos de que hay gente nacida fuera que es necesario que aprendan el catalán, y poner fin a la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar siempre en castellano con cualquier persona que por su aspecto físico o por su nombre no parece catalana". Por el interés de la soflama, resaltamos: "catalanes autóctonos", "gente nacida fuera", "aspecto físico o nombre que no parece catalán". Una xenófoba de manual, la tal Anna Erra, y con conciencia indubitada de superioridad sobre los de fuera y los intrusos que no han sido domesticados. Decía aquel pesado con sus batallitas de caqui que interpretaba José Mota: "Dices tú de mili". Dices tú de fascista, Anna.

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