LOS que ronden la treintena, como es el caso de este crítico, quedarán satisfechos cuando vean Hobby, el documental de Ciro Altabás. Y esto gracias a que su director no juega a la nostalgia fácil, como tantos otros productos culturales que últimamente no paran de recordarnos una y otra vez lo maravillosos que fueron los últimos veinte años. De hecho, hasta bromea con ello en una pequeña secuencia onírica. Hobby es un trabajo divertido, sin pretensiones, entretenido y que va directo al grano. Altabás se erige en portavoz de una generación que era capaz de discutir hasta la extenuación por cuál era la mejor consola, si la Megadrive de Sega o la SuperNes de Nintendo, y lo hace sin estridencias y con mucho humor. Menos mal que en ZonaZine hay cabida para este tipo de filmes, porque se echaba de menos sonreír en las proyecciones del Albéniz.