Dotes adivinatorias

Entre las virtudes que debe tener el vicepresidente Juan Marín no están desde luego las dotes adivinatorias

Entre las virtudes políticas, que, posiblemente, debe tener el vicepresidente del gobierno andaluz Juan Marín, no están desde luego las dotes adivinatorias o el acierto en las predicciones. Rara vez ocurre lo que pronostica y por eso sus afirmaciones sobre futuribles, lejos de despejar incógnitas, provocan recelo e incertidumbres. Desde su vaticinio de que se celebrarían las procesiones de Semana Santa del pasado año, cuando ya habían sido suspendidas las fallas de Valencia, puede decirse que el éxito no le ha acompañado en sus anuncios. De ahí que, cuando anuncia fechas electorales o posibles resultados, la tendencia es pensar que ocurrirá todo lo contrario. En este cometido comunicativo suele actuar de partenaire del portavoz Bendodo, que en más de una ocasión, emulando al dúo Pimpinela, ha tenido que modificar o matizar las arriesgadas apuestas de su compañero de gabinete. Existe ahora una más que razonable duda sobre la duración de la actual legislatura en la que aparecen indicios de que por una causa (la ruptura con Vox) u otra (el interés del PP nacional) no llegará al término de los cuatro años. En esta situación, cada vez que el vicepresidente afirma que se agotará el plazo previsto, más aumentan las apuestas en sentido contrario, porque lo que en este caso hace el vicepresidente es confundir su deseo con la realidad y todo su afán consiste en que esta situación dure lo más posible en la seguridad que en un nuevo mandato, pase lo que pase, su situación y la de su grupo cambiará a peor. Por eso, sorprende tanto que en un alarde de visión de futuro (que mucha no tiene) y un abuso de la terminología coloquial haya calificado la razonable y rigurosa oferta del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, de negociar los próximos presupuestos como "mero postureo que no realizará ni muerto" (Sic). Apena que ante la decisión responsable e incluso arriesgada que se hace desde el grupo político más numeroso de la cámara, la actitud de uno los más señalados miembros del gobierno haya sido un desplante chulesco basado en la desconfianza y el desconocimiento sin siquiera esperar a los primeros compases del diálogo. Muchas veces suspiramos por una oposición responsable y propositiva y cuando esto ocurre con una oferta de negociación tan consistente las palabras del vicepresidente solo invitan a la tristeza y a la melancolía. Claro que si sabemos cuáles son las dotes adivinatorias del personaje no debemos perder las esperanzas. Ni mucho menos.

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