LA campaña electoral, como todo en la vida, tiene momentos dulces y amargos. Con seguridad, a ningún candidato le debe agradar el permanente forcejeo dialéctico al que obliga esta contienda, afortunadamente limitada en el tiempo y con el punto final ya escrito. En esta ocasión, el genio y figura de las cabezas de lista en Málaga de las dos formaciones mayoritarias, Magdalena Alvarez y Celia Villalobos, ha aumentado la expectación ante sus intervenciones diarias, quizá sobredimensionando un enfrentamiento que en realidad se limita a lo político, por mucho que los estrategas, y por qué no decirlo, en alguna ocasión también los medios, gusten de jalear el patio exagerando las posturas de dos políticas de las que, debido a su popularidad, casi todo el mundo conoce sus virtudes y defectos.

Debe de ser amargo desayunarse cada mañana con una retahíla de descalificaciones e improperios lanzados desde la otra orilla, desde donde seguramente la realidad se observa de manera distinta a la tuya. Desconozco si el potencial electorado disfruta, o no, con esta sobreactuación en la escena electoral, aunque después de llevar ya unos cuantos días de campaña sobre las espaldas, lo mejor que le puede pasar al que aún no haya decidido el sentido de su voto es que le dejen pensar con cierta tranquilidad a la luz de la frialdad de los datos.

Ayer se anunció el incremento del desempleo durante el mes de febrero, pero también el del número de afiliaciones a la Seguridad Social y el de contratos registrados. Nadie que esté en la calle puede negar que existe cierta sensación de crisis o dificultades económicas, sin embargo, también ayer mismo, se daba a conocer que el índice de confianza del consumidor subió en febrero 5,9 puntos respecto al mes precedente, hasta 76,8 puntos, lo que supone el primer avance tras nueve meses consecutivos de descensos, según el indicador difundido por el Instituto de Crédito Oficial. Amargo y dulce.

Como dulce, seguramente habrá sido para Ana Rico, Adela Utrera, Celia Villalobos y Soraya Sáenz de Santamaría el baño de energía que recibieron en el acto, al mejor estilo americano, celebrado en un céntrico hotel de la capital, con la participación de aproximadamente 600 mujeres que dieron su apoyo, y su calor, a las candidatas populares. Como nota para este diario de campaña, añadir que esta última convocatoria contó con una innovadora ludoteca, con payasos incluidos, destinada a los hijos y nietos de la concurrencia.

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