Amanuel Becerra le habría gustado ver jugar a la selección este sábado. En realidad, le gustaba ver cualquier partido de rugby, pero el debut de la selección española en su ciudad habría sido harina de otro costal. Es más, le habría gustado más que liderar la carga de la delantera de su Club de Rugby Málaga contra la línea de tres cuartos contraria, pero hace ahora cinco años que un infarto lo placó para siempre, acabando con una joven carrera de periodista en la que nunca dejo pasar una oportunidad de promocionar al balón oval.

Con Manuel tuve la suerte de cambiar la mesa del comedor del colegio por los bocatas que nos preparaban nuestras madres para que pudiéramos aprovechar los descansos de al mediodía e iniciarnos en este deporte de brutos, que ellas temían y casi nadie jugaba en España. Si había que tener interés para empezar a jugar en el campo de tierra de la Universidad Laboral; aún tenías que amarlo más para sacrificar la hora de la comida intentado hace carrera de dos docenas de adolescentes descerebrados. Pero el rugby es un juego pasional y Alberto, el profesor de Historia que por las mañanas nos daba clase, puso la misma pasión que ponía en el juego y logró que más de uno hicieran carrera en un deporte donde el incentivo de hacerse rico no existía y sólo se jugaba como amateur. No sé qué historia nos enseñó aquel año, pero recuerdo que todos aprendimos a no temer al suelo, que es difícil que te tiren si tú no quieres caer y que nadie es demasiado grande cuando viene de frente.

Casi treinta y cinco años después de dejarnos girones de piel en el albero de la Universidad Laboral, Málaga acogerá el próximo sábado el choque de las selecciones de España y Uruguay ¡en un campo de hierba! El camino hasta aquí no ha sido fácil. Ni para el rugby en general, ni para la organización del partido, en particular. Pero los organizadores del Club de Rugby Málaga aprendieron en el campo que todos los partidos se juegan hasta el último minuto y el día 19, casi como si de un homenaje a Manolo se tratara, podremos disfrutar de un encuentro único. Una semana después, el Complejo Deportivo Universitario de la UMA volverá a acoger el memorial Manuel Becerra. En cierto modo, será el mejor cierre de las actividades que se han montado en torno a este encuentro internacional. Si el encuentro del 19 es un ensayo indiscutible, con el memorial tiraremos a palos y lograremos la transformación.

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