SE EQUIVOCAN

Mientras a los americanos cien años les parecen una eternidad, en Europa son cuatro días

¿cuántos años tiene que tener un objeto para ser histórico? Mientras que, a los americanos del norte, con poco más de 200 años de historia y acostumbrados a procesos de renovación urbana brutales, cien años les parecen una eternidad, en Europa son cuatro días y nada en China. Cincuenta suenan a ridiculez. La edad de la casa de mis padres, que Dios me libre de que alguien tilde de histórica, tal y como ya califican a la Tribuna de los Pobres. Y da igual que sean setenta, la escalinata no deja de ser una solución pobre a un problema funcional, como la Málaga en la que nació. Lo emblemático no es su construcción, sino que, como dirían Iglesias y Sabugo en el diario Clarín, hace tiempo que dejó de ser un lugar para convertirse en un sitio. Un espacio constructor de la urbe destinado a alberga una cosa: todos esos "pobres" que no tienen espacio en la tribuna oficial. Esa es la función que la hace emblemática, que no impide la propuesta de remodelación.

Otra cosa es que los vecinos estén hasta el gorro, y con razón, de la tabernización del centro y teman, también con razón, que las obras supongan sustituir el tráfico rodado por el de las despedidas de solteros rodando por los nuevos enlosados. Y en eso, no parece que se equivoquen. No porque el diseño lo busque, sino porque los responsables municipales, hasta ahora, no lo han evitado. En cambio, el proyecto puede hacer aguas, y negras, en otros puntos. Estas obras son la oportunidad de desviar el colector que corre por el antiguo foso de la muralla, que no parece que sea el mejor sitio para verter aguas fecales. Metidos en harina, podríamos pensar en rehabilitar a medio plazo la alcantarilla como atractivo turístico. Gente hay para todo. Y puestos a inventar, valorar la posibilidad de establecer una recogida neumática de basura. Aunque su mantenimiento tenga un coste, igual que el de los camiones. La realidad es que en el centro no caben más contenedores ni en estos, basura. El día que construyan en el Astoria habrá que ver a dónde van los cubos que ahora orinan sobre piedras de 120 euros el metro.

Las corporaciones del difunto Pedro Aparicio renovaron la Málaga de la Tribuna de los Pobres dotándola del saneamiento, el agua y la luz que se habían olvidado al hacer las viviendas. Nadie lo ve y pocos lo recuerdan. Ahora, no se trata de dejar de pavimentar, solo de aprender de los aciertos y errores pasados.

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