La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Ecopopulismo

Lo moderno sería lograr que venga un Moisés, sueco o danés, a separar las aguas y cruzar andando el océano

Lo moderno es seguir la corriente a lo que esté de moda en lo ideológico. Salirse de ese camino impuesto por la supremacista corte de lo políticamente correcto o declararse fan del solomillo de vaca, pueden ser indicios para ser adscrito al facherío.

Obsesionados en parecer modernos no hemos caído en la cuenta de que luchar contra el cambio climático no es una oportunidad propagandística personal, política o ideológica, sino una necesidad medioambiental vital. Que el desarrollo de los países no nos ahogue, ni la falta de conciencia ecosostenible de los más subdesarrollados tampoco.

Nos pierden con su ecopopulismo demagógico, y viendo hipocresías variadas de los sumos pontífices del ecologetismo. A la misma vez que despotrican vía Whatsapp, Telegram, Instagram, Facebook o Twitter contra la proliferación de antenas de telefonía, rabian contra el atraso rural cuando la falta de cobertura les invalida el móvil.

Compran el discurso a las estrellas del cine, musicales o youtubers, que gastan coches de 13 l./100 y viajan en vuelo transoceánico a divagar contra el cambio climático en cumbres o conferencias muy bien pagados. Que los aviones contaminan, nos dicen en loor de multitud, pero daos prisa con vuestras cuestiones, exigen, que mi vuelo de regreso sale en dos horas. Lo serio, el debate científico, pareciera lo aburrido, porque mediáticamente no es tan atractivo, sus polémicas son de menor impacto para el show business de las sextas, telecincos y antenatreses de guardia.

Como que lo moderno fuera venir desde una mansión de megarico a la manifestación contra el cambio climático en Madrid a llamar "estúpido" al alcalde elegido democráticamente. Es de vanidoso creer que por ser un buen actor uno tiene derecho a robarle el titular a los manifestantes, y saciar su rabia particular aprovechando el atril que le ofrecen quienes organizan la manifestación. ¡Cuánto perjudican a la verdadera lucha!

Y viajar en catamarán ¿es pedir volver al siglo XVIII para ir a América? No creo que se ponga de moda como transporte regular en ninguna de las ocho naciones que le salen al PSC en España. No por falta de ganas, más bien porque la sociedad tiene muy tasado el tiempo y el presupuesto disponible. Puestos a ser sostenibles en nuestros viajes transoceánicos, y viendo el nivel exhibido por el divismo del gretismo, lo moderno sería lograr algo tan antiguo como que venga un Moisés, sueco o danés, a separar las aguas y cruzar andando el océano. Qué cool.

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