La esquina

josé / aguilar

¿Elecciones anticipadas?

Apunto de cumplir un año al frente de la Junta de Andalucía con más éxito de imagen que de gestión, Susana Díaz ha dejado caer en Menorca que ya contempla abiertamente la posibilidad de interrumpir la legislatura, disolviendo el Parlamento y convocando elecciones autonómicas anticipadas. Casi año y medio anticipadas: en otoño de 2014, en vez de en primavera de 2016, como correspondería.

Si fuéramos ingenuos pensaríamos que no es para tanto, que las declaraciones menorquinas de Susana son pura lógica: que ella trabaja y apuesta por agotar la legislatura, pero que los presupuestos de 2015 se presentan muy complicados y que si no pueden aprobarse "tendrán que decidir los andaluces". Nada del otro jueves. Si PSOE e IU no se ponen de acuerdo en los presupuestos se rompería el pacto que los hace gobernar juntos y tendrían que adelantarse los comicios para dar paso a una nueva mayoría.

Pero pertenecemos -sin remedio, a estas alturas- a la escuela de la sospecha, que prohíbe creer que las palabras de los líderes políticos son espontáneas, no esconden dobles intenciones ni ocultan secretos designios. Por eso vemos en éstas de Susana Díaz una advertencia a Izquierda Unida que es a la vez una declaración de intenciones. A la coalición le advierte de que debe orillar sus exigencias sobre los presupuestos si quiere que continúe el Gobierno al que tanto gusto le ha cogido. Si se pasan de reivindicativos en materia de impuestos o medidas sociales, los de IU serán responsables de las elecciones anticipadas.

A la vez, ya digo, hay declaración de intenciones. ¿Por qué Susana Díaz pone el énfasis en las dificultades del presupuesto para 2015 si los de 2013 y 2014, más coartados por los recortes y el control del déficit, los sacaron adelante PSOE e IU sin peligro para la estabilidad del bipartito en la Junta? Posiblemente porque ahora, tras los acontecimientos de la política nacional en los últimos meses, vea que le conviene adelantar las elecciones autonómicas, aprovechando que aún perdura su luna de miel con la opinión pública andaluza y que el liderazgo del PP no termina de consolidarse. Si ganara en Andalucía por mayoría absoluta, ella misma decidiría el momento y las condiciones de su salto a la política española. Que es su destino.

El procedimiento es simple: no ceder ante IU ("los comunistas", que dice ella) en la negociación presupuestaria y provocar la ruptura de la coalición. Veremos.

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