Envidias de cine

Una de las mejores noticias para Málaga fue la que le dejó fuera de la carrera por la Capitalidad Cultural Europea

Sevilla obliga a Málaga a pujar por la gala de los Goya, titulaba el Diario de Sevilla, del Grupo Joly, editor también de este periódico,el pasado 13 de febrero. La verdad es que la rivalidad con la capital andaluza resucita a la mínima oportunidad, como si fuera un incentivo y algunos medios de comunicación en ambas orillas la cultivan a la mínima oportunidad, casi con la añoranza de unos tiempos pasados en la que los localismos otorgaban votos a los políticos y audiencia a los periódicos.

"Los Premios Goya 2019, que salieron después de 18 años de Madrid para celebrarse en Sevilla, ha despertado una carrera mimética de otras capitales, envidiosas, en el mejor sentido, de la proyección alcanzada por la capital hispalense", arrancaba la crónica del rotativo sevillano. Y acierta en la afirmación. Málaga, y en este caso el alcalde de Málaga, ha reaccionado por celos o por falta de diligencia. Después de dos décadas de organizar el festival de cine español, ahora en español, más importante de la madre patria, no había mostrado interés por acoger la gala cinematográfica que entrega los galardones al séptimo arte hispano. Oficialmente, no era posible esa aspiración porque la ciudad carece de infraestructuras adecuadas para dar asiento a 3.000 espectadores. Hasta que Sevilla la organizó y entonces apareció el Palacio de Congresos como posible escenario.

Málaga lleva cuatro años viviendo de las rentas y es lógico que el resto se ponga las pilas. Su modelo cultural ha proyectado su imagen internacional y la ha convertido en una de las urbes europeas de moda. Pero como dice el refrán, "camarón que se duerme se lo lleva la corriente". La capital vecina lógicamente ha reaccionado. Por ejemplo, ha sido la sede de la reunión anual del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, con Obama como principal atractivo. Además, ha organizado grandes exposiciones de Soroya y Murillo, por citar las más importantes, y ahora, con la complicidad de la Junta, prepara para 2020 una muestra sobre Picasso, con fondos de varios museos, entre ellos el de Málaga, y de Bernard Picasso.

Creo que una de las mejores noticias para el futuro de Málaga se conoció en septiembre de 2010, cuando quedó fuera de la carrera por ser la Capital Cultural Europea de 2016, designación que fue finalmente para San Sebastián. En estos ocho años, sin partir de cero, porque el Picasso ya estaba ahí, se obró esa transformación o esa operación de marketing para conseguir varias franquicias de pinacotecas que la han catapultado como destino turístico. La respuesta a aquella gran decepción. Claro que estas infraestructuras culturales cuestan 13,6 millones de euros al año. Ahora De la Torre también anhela una Expo. Pero los caminos propios siempre se transitan mejor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios