Racismo en el fútbol. O lo que diga un jugador de raza negra contra otro de raza blanca, sin evidencia que lo sustente, para resolver en el espacio de la demagogia lo que no sostiene ninguna prueba. A tomar viento la presunción de inocencia. El comunismo de Yolanda Díaz. O cómo una vicepresidenta del Gobierno de la quinta economía de Europa, define con "democracia e igualdad" al comunismo, un sistema tan letal en el viejo continente. Sin olvidar la represión que sigue ejerciendo en Cuba o Venezuela, contra quienes se dedican a cantar "patria y vida" donde antes cantaban "patria o muerte".

La libertad, sin más límite que al que obliga la ley. O cómo una sarta de aburrados la amenazan con su delirio totalitario, tirando adoquines, pateando a policías o lanzando piedras contra quienes tienen la "osadía" de plantear un debate de ideas contrapuestas. O echando lejía a quienes hacen eso "tan terrible" de usar el derecho al pluralismo que consagra el artículo uno de la Constitución española.

Cinismo. O cómo el mismo Pablo que prometió no irse jamás del modesto piso que ocupaba en su humilde Vallecas, negado visitador de residencia alguna mientras fue caudillo con acta y autoridad, vuelve al barrio, ya millonario, con los trasnochados lemas de su "lucha".

Hipocresía. O cómo ese mismo Pablo sedujo a votantes incautos y descuidados de reflexión, con la fácil partitura del populismo, contándoles que "mientras en su país la mayor parte de los ciudadanos no cobra más de mil euros o no se puede ir de vacaciones, es una barbaridad que un eurodiputado cobre 4.000 euros". Desmemoriado, hoy demanda al Estado su pensión como exvicepresidente: 15 meses a 5.300 euros/mes.

Irresponsabilidad. Pablo de nuevo, al proponer como ministra a la inscrita Ione Belarra, sin ninguna experiencia laboral previa. Ninguna. Es poco ejemplar para nuestra sociedad que el mérito para ser ministrable en Podemos sea adorar sin fisuras al líder y tuitear con punzón afilado contra la derecha. El prestigio de un gobierno se gana gobernando, no acomodando peones del partido para consuelo de amantes o inscritos e inscritas.

La mentira. Territorio inhóspito para políticos honestos, por el que Sánchez transita demasiado a menudo con el depósito del desahogo lleno. El que nos había liberado del virus en junio 2020, luego en septiembre, después en febrero y ahora ya, si eso, también lo promete para después del verano. Mucho me temo que otra Navidad con restricciones sea posible.