Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Errejón aguanta

Pablo Iglesias ha rozado el destino de Cameron y de Renzi, ya sabe cómo se cargan las consultas populistas

El método de elección de los papas es más transparente que el de Podemos; no sería capaz de explicarlo ni con la metáfora del Espíritu Santo. Digamos que ayer se conoció el resultado de la votación con la que se ha decidido cómo se votará en el congreso del 11 y 12 de febrero, el llamado Vistalegre II. Votar para aprobar cómo se vota. Todo en Podemos es así, muy cansado, retorcido, intrincado. Como Pablo Iglesias quiso ganarle el pulso a Íñigo Errejón pero carecía de la fuerza suficiente en el consejo ciudadano, convocó a las bases a este referéndum que ha durado tres días y cuyo resultado se retrasó varias horas por un problema técnico. La culpa es de Sevillana, que diría el Melli. Ya digo, ni con metáforas se explica la opacidad de estos guerreros de la luz.

Pero Pablo Iglesias apenas le ha sacado 2.400 votos a la propuesta de Íñigo Errejón; es decir, que a pesar de la pírrica victoria, en Vistalegre se votará según el sistema que Coleta Morada ha pergeñado junto a Pablo Echenique para desproporcionar a Podemos. De lo que se trata es de minusvalorar a los segundos, aunque éstos se sitúen muy cerca del primero. Es esto en definitiva, no hay más, pero el resultado va a obligar a Pablo Iglesias a pactar con Errejón; no se lo va a poder quitar de encima del mismo modo que hizo con Sergio Pascual. Iglesias ha rozado el destino de Cameron y de Renzi, ya sabe cómo se cargan las consultas.

A partir de ahora, y de cara a Vistalegre, Iglesias debe decidir si se apoya en los Anticapitalistas de Teresa Rodríguez o en Íñigo Errejón. No cabe otra opción. Si el resultado de la votación conocida ayer le hubiera resultado más propicio, el secretario general podría haber orillado a los errejonistas, pero ahora la alianza excluyente con los Anticapitalistas llevaría a la ruptura de Podemos. El joven partido se enfrenta a un momento crítico, como en su día vivieran Los Verdes alemanes cuando se dividieron entre realos (los pragmáticos) y fundis (los puros).

Pablo Iglesias, que es un fundamentalista bastante pragmático, alterna esta doble condición, explicó que este resultado no deja vencedores ni vencidos, de lo que se deduce que esta vez no ha podido con Errejón, le tendrá que dar cabida en el congreso. En definitiva, que él también tendrá que sacar la aguja de coser su partido. Cualquier otra solución, la de echarse en manos de Teresa Rodríguez, Urbán y Kichi, llevaría a un fraccionamiento del partido casi por la mitad, y no se lo puede permitir ahora que la nueva estrategia parlamentaria del PSOE convierte su oposición en inútil.

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