La Escuela de Ingenierías Industriales

Probablemente sea el centro de mayor proyección de nuestra Universidad como así constatan sus resultados

Durante el último siglo de historia de nuestra provincia, tanto la creación de la antigua Escuela de Peritos Industriales como la posterior apertura de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, nos han proporcionado un capital técnico y científico de primera magnitud. Su coexistencia ha finalizado esta semana, produciéndose la fusión de ambas en el mayor centro académico de nuestra Universidad. En la actualidad, España se encuentra en una situación de déficit importante de ingenieros, respecto a los países más avanzados. Durante los últimos años la situación ha seguido una tendencia descendente, creando dificultades para la creación de nuevas empresas y nichos de mercado. Y querer estar en la élite tecnológica y no contar con un suministro de personal adecuado, solo puede crear dependencia de terceros.

Por ello debemos felicitarnos de poseer uno de los centros de referencia internacional en la propia Universidad de Málaga. Más de 50 laboratorios de investigación, que desarrollan su trabajo en colaboración con las principales empresas tecnológicas del mundo; más de 3.300 estudiantes formándose en 11 disciplinas de Grado y en una decena de Másters; y más de 200 profesores y personal de administración y servicios, son números realmente apabullantes.

Probablemente éste sea el centro de mayor proyección en nuestra Universidad, como así constatan muchos de sus resultados, y de ahí la importancia de cómo sean sus modelos de referencia. Si se pone el objetivo en lugares como el MIT, el Tecnológico de Zurich o los Institutos Max-Planck, el éxito está garantizado. Y aunque estos planteamientos puedan dar vértigo, están más cerca de su realidad actual y de sus relaciones científicas de lo que lo estuvieron nunca. A nadie le sorprende que muchos de los avances en robótica, nuevos materiales, domótica o eficiencia energética salgan de sus instalaciones y sean foco de interés para la industria de investigación y desarrollo. Por tanto, esperemos que con este nuevo nacimiento se beneficie la sociedad y se siga impulsando el tejido empresarial que Málaga necesita. El pasado y la tradición han sido importantes, y fueron el germen de la realidad actual, pero ha llegado el momento de competir en primera línea. Y como bien nos recomendaba el propio Albert Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo" .

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