La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

España 2020, Londres 1940

Leemos, vemos películas u oímos música entre ruinas, como los protagonistas de estas dos fotografías

Octubre de 1940. Inglaterra resiste sola frente a Alemania. Los ingleses escriben la página más heroica del siglo XX y los alemanes la más canalla. Una bomba ha caído sobre un edificio en cuya planta baja había una librería. El techo se ha desplomado pero dos muros, con los estantes llenos, han resistido. Los otros han caído, el suelo está lleno de libros mezclados con los cascotes. Se hicieron dos fotografías históricas en las ruinas de esta librería. En una se ve a un adolescente sentado entre ellas, leyendo un libro que ha debido coger entre el montón de los caídos. En la otra se muestran los dos estantes llenos de libros milagrosamente en pie entre las ruinas. Tres hombres de impecable corrección -sombrero, traje, abrigo- están ante los estantes. Uno parece buscar algún título, otro tiende la mano para coger un libro y el tercero ojea uno. Desde que las descubrí hace muchos años estas dos fotografías representan para mí qué son verdaderamente no sólo el valor y la resistencia, no sólo la afirmación heroica de la cotidianidad en tiempos apocalípticos -como tomar el té de las 5 en los refugios durante los bombardeos-, sino qué queda de la cultura cuando, puesta a prueba, no solo es lujo de privilegiados o distinción de pedantes.

Pérez Reverte ha subido a su tuit la segunda de estas fotos y escrito: "De todas las fotos de la historia de la Humanidad, ésta es mi favorita. Londres, 1940. Cada cual tiene las suyas, y en eso no me meto. Allá cada uno con lo que necesita y lo que no… La mía es ésta". También son mis favoritas. Es importante recordarlas estos días terribles en los que todo está puesto a prueba: el valor, la resistencia, la paciencia, la prudencia, la responsabilidad, la fortaleza, la solidaridad… Y con ellas qué es para cada uno de nosotros eso que vagamente llamamos cultura. Hölderlin lo expresó con breve precisión en un verso: "¿Para qué poetas en tiempos de penuria?". Leemos, vemos películas u oímos música entre ruinas, como los anónimos protagonistas de estas dos fotografías. Tanta muerte, tanto dolor, tanta angustia y tanto miedo ponen a prueba qué sobrevive en estos días, qué nos sirve para intentar comprender la realidad o para huir de ella y reparar fuerzas en ese sueño reparador que nuestras más queridas o cálidas ficciones procuran. Y para ello sirven tanto Conrad o Camus como Sax Rohmer o Conan Doyle.

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