La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Esquela en primera página

Se ven como un Bogart payés diciéndole a una Bergman con peinado CUP: los españoles iban de gris y tú vestías de azul

El Reino Unido se va de la Unión Europea. Estados Unidos tiene un presidente impresentable e incompetente que toma medidas internas dudosamente constitucionales y desbarata la política exterior insultando a otras naciones o teniendo un asesor que augura una guerra entre Estados Unidos y China. Europa, incluido su civilizadísimo norte, ve crecer los populismos de extrema derecha y extrema izquierda lo que, dado su siniestro pasado reciente (Mussolini, Stalin, Hitler), puede alimentar los peores temores.

Aquí, Cataluña pone al Gobierno contra las cuerdas buscando una confrontación abierta que retroalimente un victimismo que a su vez oxigene al independentismo: véase la grotesca escenificación de la ida de Mas al juicio del 9-N o el chuleo de Homs al fiscal. Fantasean con tanques por las Ramblas para sentirse más resistencia, más agredidos, más Bogart payés (con barretina en vez de sombrero de alas blandas) diciéndole a una Bergman con peinado CUP/Jarrai: "Los españoles iban de gris y tú vestías de azul". El PSOE no logra, pese a su leve recuperación según el último CIS, superar a Podemos y se sigue resquebrajando, amenazando con fracturarse del todo si Sánchez logra sus fines (o si la gestora sigue con Mario Jiménez de portavoz: llamar a Rajoy mayordomo de Trump tiene el tufo rancio de aquello de lacayo del imperialismo). La izquierda que fue sensata mientras fue eurocomunista y fue eurocomunista mientras la dirigió/controló Carrillo (después vinieron los increíbles secretarios generales menguantes: Iglesias, Anguita, Frutos, Centella), ahora está representada por el populismo del fracturado Podemos, tras haberse zampado a Minúsculo Garzón y a IU (brillante trayectoria igualmente menguante la suya: Anguita, Llamazares, Lara, Garzón). ¿Va a resultar que "extra PP nulla salus"?

Cuando los optimistas parecen ilusos y los pesimistas realistas es que las cosas están muy jodidas. Es el "ya os dije que estaba malito" que alguien mandó escribir en su lápida. A diferencia de la simpática anciana de Alcalá de Guadaíra, cuya esquela se convirtió la semana pasada en noticia nacional al incluir su frase "Para un día que salgo en una esquela y no me veo", a veces tengo la sensación de que en las primeras páginas de los periódicos leemos cada día una nueva línea de la esquela de España y de Europa. Al menos tal como hemos conocido la primera desde 1978 y la segunda desde 1945.

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