LOS sindicatos decidieron ayer aplazar la convocatoria del calendario de protestas en el sector de la hostelería en Málaga para este mes a la espera de una nueva reunión con los empresarios prevista para hoy. Una buena noticia que otorga un margen para proseguir una negociación sin la espada de Damocles de una huelga anunciada a fecha fija. El gesto debe ser aprovechado por los empresarios para agotar todas las vías posibles y evitar este conflicto laboral en un periodo crucial para el turismo en la Costa del Sol. Tan sólo la noticia de que hay un paro previsto puede disuadir a cambiar de destino a miles de visitantes que, en una tendencia que se generaliza, optan por formalizan sus reservas a última hora y que disponen de una amplia oferta para elegir. Sería absurdo darle oficialidad al desacuerdo para negociar in extremis una salida. Pero tampoco los representantes de los trabajadores aceptarán demorar más una respuesta si no ven una clara voluntad de alcanzar una solución por la parte empresarial. Porque el desencuentro, tal como está planteado en la actualidad, se debería al incumplimiento de un convenio colectivo aceptado y firmado por los interesados hace ahora cuatro años, justo para darle estabilidad a un sector fundamental para la economía de esta provincia y por ende de Andalucía y evitar tensiones como las que ahora se han puesto de manifiesto. La discrepancia se centra en que los representantes de las empresas consideran inasumible, en la situación de crisis actual, la subida salarial prevista del IPC más un punto para los 60.000 trabajadores del colectivo. Pero los hosteleros no deberían mezclar la necesidad de reclamar más atención de la Administración y exigir su apoyo, como han recibido otros sectores sensibles de la economía productiva nacional o andaluza en este caso, para amortiguar y afrontar el duro invierno que se avecina, con un pulso con sus propios trabajadores. Hay fórmulas para corregir la desviación económica que se pudiera derivar del acuerdo previsto para este año y alguna está ya sobre la mesa de negociación. La responsabilidad de todos los actores en esta pugna y la necesaria mediación de la Consejería de Turismo deben ser suficientes no sólo para evitar la posibilidad de una huelga sino para despejarla del horizonte desde hoy.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios