Feijóo no estuvo

En Cataluña no está en juego la lengua española, sino las libertades cívicas y los derechos humanos

La plataforma Escuela de Todos ha conseguido un más que notable éxito con la manifestación del pasado domingo en Barcelona. Ahí es nada, arrastrar a miles de personas a defender en territorio comanche una causa tenida por perdida y, lo que tiene aún más mérito, conseguir unir bajo un mismo paraguas reivindicativo a las asociaciones más combativas por la causa del español en las distintas comunidades en las que se sufre el acoso de los secesionistas. También tiene su aquél, hoy por hoy, obtener el seguimiento mediático que, esta vez sí, se ha producido, vaya usted a saber por qué y más allá del esfuerzo de los organizadores, que ha sido muy grande. Y por último, pero no en último lugar, haber logrado la presencia en vivo de importantes líderes constitucionalistas como Santiago Abascal, Inés Arrimadas o Cuca Gamarra, ésta en representación de un Feijóo que tenía cosas más importantes que hacer. Luego volveremos a este tema.

El éxito indiscutible, pero un tanto agónico, viene después de que se hayan encendido todas las luces rojas ante el presente y el futuro del español en el sistema de enseñanza de Cataluña. Hay que insistir siempre en que la lengua española no precisa de defensa alguna en su permanente esplendor y expansión. Lo que está en juego es otra cosa: las libertades cívicas y los derechos humanos de sus hablantes en Cataluña y en otras regiones, vulnerados de un modo que causa asombro fuera de España. Somos el único país del mundo donde el idioma oficial, y general de toda la población, es proscrito en la enseñanza. Esta demencia sólo es posible por la complicidad del Estado con el nacionalismo en términos que en cualquier época y lugar, excepto aquí y ahora, hubiesen sido conceptuados de simple traición.

Feijóo, decía arriba, se cuidó muy mucho, como ha resaltado El País con satisfacción, de propiciar una nueva foto de Colón. Es comprensible su incomodidad ante una manifestación como esa, en la que podría haberse visto interpelado de forma bastante semejante al gobierno de la Generalitat. Su política educativa en Galicia no es muy diferente de la inmersión que ésta propugna, aunque esa irrisión lingüística que es el galego oficial impida que los efectos entre los escolares de lengua española sean tan perversos como lo son en Cataluña. Feijóo, en esto como en tantas otras cosas, está bastante más cerca del PSOE que de las posiciones mayoritarias en su propio partido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios