Fenotipos

Ayuso es una transferidora problemática; ella no tenía por qué comerse el marrón de impedirles que saliesen

Como ya hemos recordado en esta tribuna, el profesor Maximum Shameless reconoce la existencia de tres fenotipos característicos en cualquier grupo humano: el bulto sospechoso, el escaqueador nato y el transferidor problemático. Siendo el más letal de todos el último de ellos.

Analizada la incidencia de los tres en los grupos de los que forman parte, sostiene el profesor que quizás sea el primero el menos peligroso de todos para el funcionamiento del colectivo, pues en esencia, se trata de un mero bulto cuya inmutable presencia hace sospechar la pertenencia al mismo, aunque su falta de actividad le haga pasar inadvertido. Ni quita ni pone rey, ni tampoco ayuda a su señor. Y si algún día se le expulsa, nadie le echa en falta. Un segundo paso en la alteración del genotipo es el escaquedador nato. A diferencia del primero, se le encuentra presente en cualquier reparto de tareas y responsabilidades y, en consecuencia, se le reconoce como parte del grupo, pero su adaptación al medio le permite que, sin pronunciar palabra alguna, nadie se acuerde de él hasta que no ha terminado el reparto. Sin embargo, el más elaborado y dañino es el tercero, el transferidor problemático. Miembro del grupo cuya mejora y desarrollo no se cansa en invocar, se presenta voluntario ante cualquier reparto de tareas con la misma vehemente voluntariedad con la que luego lamenta no poder abordarlas y se ve obligado a transferirlas al compañero más próximo.

En plena pandemia, y va ya para nueve meses, la señora Ayuso ha reclamado que cerraran Madrid y se ha opuesto al confinamiento cuando el Gobierno nos encerró a todos en casa. Pidió que le devolvieran las competencias para posteriormente exigir un mando único cuando se las devolvieron, y ha cerrado Madrid los días terminados en "o", cuando quince comunidades autónomas lo han hecho por una quincena. Ayuso es una transferidora problemática que se ha percatado de que, si en la mayoría de las comunidades autónomas no iban a dejar entrar a sus paisanos, ella no tenía por qué comerse el marrón de impedirles que saliesen. Galicia no está cerrada en su conjunto, pero lo está por "barrios" y, a Extremadura, todos sabemos que nunca ha habido manera de llegar desde la capital. Les queda Canarias. Su presidente sabrá lo que hace con los madrileños que lleguen, porque no se me antoja que sean muchos los canarios que piensen pasar unos días en la capital.

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