La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Fiestas bárbaras de la España negra

¿Se puede defender la tauromaquia y rechazar estos bárbaros festejos taurinos? Creo que sí

El aprecio de la tauromaquia, sometida a reglas estrictas, es compatible con el rechazo de las fiestas populares con aroma de España negra que tienen al toro como protagonista. Cobrándose además vidas humanas. Se supo ayer de las graves heridas sufridas por una mujer de Villalba del Alcor durante la celebración del toro de cuerda. La semana pasada murió una mujer en Beniarbeig (Alicante), siendo la séptima víctima mortal -a las que hay que sumar 300 heridos- que los bous al carrer han provocado este verano en la Comunidad Valenciana. Desde la Generalitat se ha reconocido que el número de víctimas "es preocupante" y que se deben "tomar todas las medidas necesarias para que, si hay que mantener las tradiciones, no se ponga en riesgo la vida de las personas".

Me llama la atención -después de siete muertos y 300 heridos, cuestión del toro aparte- lo de "si hay que mantener las tradiciones". ¿Y si se acaba con aquellas que sueltan al animal ensogado, con bolas de fuego o haciendo que caiga al mar para diversión (y riesgo) de los lugareños y de quienes acuden a estos festejos bárbaros? La respuesta de la Generalitat ha sido extremar la vigilancia para que no participen menores (cosa frecuente) y organizar cursos destinados a las peñas, organizadores y participantes para "dar más seguridad" a los festejos, tan abundantes como multitudinarios. El secretario de Emergencias de la Generalitat ha llegado a comparar estos cursos con los de seguridad vial: "Lo mismo que hemos hecho cursos para mejorar la siniestralidad en la carretera, los hacemos para que la gente pueda repasar el reglamento". ¡Manda huevos o, mejor, criadillas!

Llama la atención que allí donde las corridas se prohíben, estos festejos se permitan e incluso se protejan como señal de identidad (y ya se sabe lo importante que estas son para los nacionalistas). Cataluña prohíbe la tauromaquia, pero permite y alienta los correbous por tratarse de tradiciones arraigadas. Por lo visto una corrida de toros es un abyecto espectáculo de crueldad españolista mientras que en los correbous, por ser tan catalanes, el toro se lo pasa en grande y nadie corre peligro. ¿Se puede defender la tauromaquia y rechazar estos festejos bárbaros? Creo que sí. Entre otras razones porque a los antitaurinos les viene muy bien meter a ambos en el mismo saco. Y poco tienen que ver desde que nació en el siglo XVIII la tauromaquia moderna.

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