Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Gabilondo ya no quiere opinar

Escuchar que Iñaki Gabilondo diga "me cuesta muchísimo opinar" es como escuchar que Ana Botín asegure que ya no quiere saber más de finanzas, porque cada día le pesa más mover trillones, o toparse con este titular sobre una foto de Morante de la Puebla: "No me interesa el toreo". Pudiera ser el primer fake, pero se dice que San Pablo "vio la luz" quedándose ciego al caer de un caballo camino de Damasco, y se hizo el más apostólico de los cristianos tras haberlos perseguido. De tanto en tanto, vemos con pasmo cómo gente veterana en un oficio abjura de él. Si en la élite o en la plenitud repudias tu menester, o se trata de un juego, o es una provocación, o es afán por resultar maldito y visible, o es falsa humildad (una prima hermana de la pedantería). Si lo haces cuando ya estás retirado o retirándote, como pueda ser el caso de Gabilondo, las motivaciones serán otras. ¿Habrá alguien en este país que haya opinado tanto -y con tanta audiencia, porque opinadores espontáneos los ha habido siempre, y a manojo- como el periodista vasco? Pues ahora dice sufrir al emitir juicios sobre los acontecimientos sociales, políticos o económicos. Y dimite de Hoy por hoy en la Ser, su cadena (y viceversa, casi).

Si nos planteamos los motivos de su apostasía mediática, varias hipótesis pudieran resultar plausibles para explicarla. Primera, que ya va de vuelta, cosa evidente y de ley, y se encuentra cansado, aburrido, y ve cómo jovenzuelos a los que vio balbucir con erratismo comentarios en radio, periódicos o televisión ahora le pasan por la izquierda y por la derecha. No se encuentra cómodo, se ve mayor. Y, como es normal, se dirá: "Estas uvas ya no están maduras; éste no es mi negociado, no me hallo". A cuántos músicos pop, futbolistas o profesores les habrá pasado lo mismo, algo rabiosos, al declinar y quizá convertirse en transparentes e invisibles: ¿a casi todos? Enunciemos una segunda hipótesis, combinable con la anterior, ya enfocada en la profesión de periodista y, en concreto, del que opina: "Gabilondo está asqueado de un esquema imperante de periodismo basado en el sensacionalismo, el frentismo patrio renovado, el griterío tertuliano repleto de sabihondería, y los miles de atrincherados en las redes sociales". Y, ya sin ambición ni quizá ilusión, entona el "ahí os quedáis". Esta segunda hipótesis puede tener un corolario: igual que los llamados barones del PSOE son bastante poco del PSOE de Sánchez, al maestro Iñaki se le ha caído la filia psoeísta... con los nuevos primeros espadas en vigor. Y mejor se calla. (Es un poner.)

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