Gracias

Dar las gracias "reduce los síntomas de las enfermedades, se genera menos depresión, aumenta el optimismo"

Me ha dicho un buen amigo que la palabra, gracias, es curativa. "Gracias". Qué bien suena. Es una palabra que resulta fresca al oído. Una palabra que para ser pronunciada requiere de una intensa intención personal cuya profundidad debe activar hasta las neuronas más recónditas del ser humano. Ahora que está, a solas, leyéndome, intente pronunciarla. Gracias. Notará que sus labios se abren ampliamente dejando asomar sus dientes entre los que baila levemente su lengua. Gracias. Si se fija, puede que, incluso, para decirla, se vean implicados la mayoría de los músculos que ascienden sobre su cara. Hasta los ojos se achinan un poco. Si la pronunciara ante el espejo, puede que hasta le brillen los ojos. Mírese a los ojos ante el espejo y dígase, gracias. ¿Le resulta una bobada hacerlo?¿Cuántas veces dice gracias al cabo del día, a su familia o amigos?¿Y a los desconocidos, les da las gracias? El ejercicio de dar las gracias se lleva investigando desde hace veinte años, dentro de la psicología positiva, por Robert Emmons, profesor de Psicología de la Universidad de California (Berkeley) ¿Para qué sirve dar las gracias? Después de años de investigación sobre centenares de personas, entre ellas 300 estudiantes, los resultados evaluados les llevan a determinar que dar las gracias "reduce los síntomas de las enfermedades, se genera menos depresión, aumenta el optimismo, la felicidad, las relaciones son más estables, nos comportamos de manera más generosa y otros muchos beneficios". Me resulta realmente interesante que una palabra que se pronuncia poco y que está enmarcada en el selecto archivo de la buena educación esté en desuso debido, dicen, al espíritu materialista, egoísta del hombre. Elise C. Proulx responsable de centro Greater Good Science Center añade que aporta "beneficios sociales y aumenta la bondad". Otro psicólogo, José Carrión, ha llegado a definir la gratitud como la estrella de la investigación psicológica y que decir gracias es cosa de valientes. Puede que tenga razón porque, hasta ahora, lo entenderíamos como un gesto difícil, de vulnerabilidad o flaqueza. Las gracias se dan cuando se tienen porque se sienten. Podríamos ser todo lo contrario de lo que nos aporta el ser agradecidos. Ahora, puede creerlo importante o preferir leer sobre el asunto de las hipotecas. Pero, en estos minutos ha dicho, gracias catorce veces. Por haber llegado hasta aquí, Gracias . Espero que le haya beneficiado decir gracias, dieciséis veces.

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