Ignacio del Valle

Hacer, no prometer

Estaba ilusionado el hombre, sigue en el alambre y tiene una fe ciega en lo de la paguita para todos

Aporobia: aversión a los pobres. Durante el confitamiento me llamó la atención como un grupo de indigentes pastoreaban las gaviotas ensartadas en el auditorio Eduardo Ocón. También eran habituales los mendigos junto al hidrogel y los guantes de la entrada del súper en medio de todo el miedo. Suelo ser amable con un hola y fiar mi caridad a la colecta del banco de alimentos. Hay otra pandemia de desgraciados. Los que le dan al cartón de Don Simón,( el bueno, no el que tiene pinta de recetar homeopatía para el coronavirus), los mafiosos rellenos y otros tantos infortunios.

Me sucedió en febrero. Digamos que se llama Paco. Entraba yo con prisas al ultramarinos por frutos secos y una pieza de fruta para almorzar. En la caja caigo en que no llevo cartera. Salgo echando humo por la cejaña. Paco me aborda con el dáme algo. -Mira chico a un cigarrito liado es a lo único que te puedo invitar-. Iba a comprar dos chorradas para comer antes de entrar al curro y no llevaba un duro encima. Lo de no manejar efectivo es una pauta muy neotiesa para evitar la tentación de malgastar. Total, que juntos le damos un rato a la nicotina y comento el percance. Paco se pone frenético a rebuscar en su vaso de papel unas monedas. Me costó mucho convencerle, qué ni de coña. Lo que me faltaba en el historial de liante era dar un sablazo a un sintecho. Para distraerle de su empeño, le pregunto por lo suyo, qué le ha quebrado la vida. Pues una cicatriz del 2008.Buen trabajo, despido, espiral alrededor de la botella, divorcio y en la puta calle. Esta semana me he vuelto a encontrar a Paco en el mismo sitio con sus ojillos brillantes de sol sobre la mascarilla ¡Que alegría verte! ¿Cómo lo has pasado? ¿Qué necesitas? Me pidió pan, chorizo y salchichón.-Los servicios sociales nos dan aceite, pasta, arroz y legumbres, a mi pareja y a mí nos apetecería un bocata-.

Estaba ilusionado el hombre, sigue en el alambre y tiene una fe ciega en lo de la paguita para todos. No le quise amargar el día y espero que levante el vuelo. También que se encuentre una vacuna contra la pobreza y la aporofobia. La canina regresa a Cenacheriland. Algo habrá que hacer, mejor que prometer mentiras y guerracivilismos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios