¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

'Hot Procés'

Motivos no faltan para ir el próximo domingo a la manifestación de la Plaza Colón

Vamos a avisar a Martine Beaulieu para que en la próxima edición de su Manual práctico de coctelería (Akal) introduzca un nuevo brebaje altamente explosivo que podríamos bautizar como Hot Procés, uno de esos lingotazos que Chicote -el antiguo- creía fundamental en la educación de cualquier persona decente. La receta es sencilla: dos cucharas soperas (3 cl.) de un presidente irresponsable dispuesto a cualquier cosa para aferrarse al poder (lo que Sánchez llama "resistir"); la misma cantidad de unos Presupuestos Generales del Estado que, además de ser completamente delirantes, están siendo usados por los independentistas para extorsionar a un Ejecutivo que apenas cuenta con un apoyo parlamentario leal de 84 diputados; una cucharada sopera (1,5 cl.) de un juicio en ciernes que vaya a ser usado por los enemigos del país para presentarlo ante la comunidad internacional como una prueba de que en España aún no se ha abolido la Inquisición (como ya sospechaban en Flandes); otra de una poliderecha dividida que inflama la calle y el lenguaje (aunque motivos no faltan para ir a la Plaza Colón el próximo domingo); una rodaja de Podemos dispuesto a hacer seguidismo de los nacionalismos periféricos e incapaz de construir un discurso español integrador y, finalmente, tras agregar unos cubitos de hielo y agitar con furor mambero, adornar antes de servir con un relator que, hemos de confesar, no sabemos muy bien qué es, pero suena a chupóctero de postín.

El problema actual de Sánchez es que ya nadie confía en él, sólo esos electores fantasmas que el CIS de Tezanos ve hasta debajo de las piedras y que son dignos personajes de un cuento de Rulfo, melancólicos espectros agarrados a una realidad aún más fantasmagórica que ellos. Pocas veces se ha visto una contestación tan amplia y tan contundente como la observada ante la propuesta del relator, un personaje líquido que en las explicaciones del entorno del Gobierno empezó siendo un mediador internacional (uno de esos vividores que pululan por el mundo) y ya va camino de ser un señor de Murcia con una libreta, un boli y las orejas tiesas. Y para añadir más confusión al asunto mandaron a Carmen Calvo a "hacer pedagogía" de la decisión, por lo que acabamos todos relatando de un Gobierno que lo mejor que puede hacer es convocar de una vez elecciones. De esta manera, al menos, le podremos dar una patada hacia adelante a un balón que ya más bien parece el pedruscón de Sísifo.

-¿Otro Hot Procés, monsieur?

-Ni hablar, prepáreme mejor un Bloody Mary, por compasión.

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