Jumanji

"Papá, el programa te deja delegar decisiones en los directivos del Málaga, pero todos se llaman Al-Thani"

Las Navidades son fechas entrañables. Aumenta el tiempo que convives con tus hijos, les prestas la atención que el trabajo diario te roba durante el resto de año y ellos, en un justo quid pro quo, te ponen al día sobre asuntos que nunca te han importado lo más mínimo y que seguirán importándote un bledo cuando acaben las fiestas. Pero todo ello forma parte del espíritu de la Navidad y ahí estaba yo, el día 25, delante del portátil de la criaturita, viendo cómo estrenaba su enésimo juego de fútbol. Que nada tiene que ver con aquellos primitivos Arcades con los que disfrutábamos en los 90. Hoy, para echar una partida tienes que tener la misma formación que el CEO del Manchester United. Compras y vendes jugadores, juegas competiciones, recibes primas por tus victorias y participas en una liga u otra según la categoría de tu equipo. Con lo que, para ser un buen jugador, no solo tienes que tener los pulgares dislocados de darle al mando, sino un conocimiento sobre todas las ligas del planeta digno del mismísimo Matías Prats.

Y fue así, y sin saber si fue por un amor inconmensurable a su ciudad o como consecuencia de una confianza excesiva en sus propias cualidades, como el crío decidió invertir sus vacaciones en jugar un torneo con el Málaga. Desencadenando desde ese momento un rosario de sorpresas y complicidades entre padre e hijo, propias de una secuela de Jumanji. Primera, el objetivo es quedar entre los tres primeros. "¡Pero si el equipo es de Tercera!" "No desesperes, seguro que tú sabes gestionarlo". Segunda. "Papá, el programa te deja delegar decisiones en los directivos del Málaga, pero todos se llaman Al-Thani. ¡Unos enchufados!". "Enchufados, no. Los dueños del equipo. Pero es mejor que no delegues. Si el juego está bien hecho, no creo que sea buena idea dejarles decidir". Tercera "¡Papá, qué iba a fichar un brasileño por poco más de 1.000 euros al mes y Al-Thani se ha metido por medio y le ha dado 3.000, dejándome sin dinero!". "Te dije que no delegases, que tú lo hacías mejor". Cuarta y última (por el momento). "No hay manera, Papá. Voy décimo de 22 y Al-Thani no me deja fichar. No hay manera". "Te lo he dicho, cada día hacen mejor estos programas. Ya quisiera que los de cálculo de estructuras los hicieran igual de bien".

Epílogo. "Papá, eso de ahí es la Academia del Málaga, ¿no? ¿Cuándo la acaban?" "Ni idea. Como en tu juego no esté programado acabarla… ni por Reyes".

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