Ley seca sureña

El trío Moreno, Marin y Bendodo se ablanda con los bares, prohibe el alcohol a media tarde y se pasa al bolero

El trío Moreno, Marín y Bendodo ha abandonado las tragedias de Quintero, León y Quiroga y se ha pasado al bolero. Les daba tanta pena, penita pena el cierre de bares y cafeterías de seis a ocho de la tarde que han decidido darles libertad de apertura. En realidad no ha sido aflicción sino miedo: les amenazaban los hosteleros con una manifestación de aúpa y han aflojado. Se pasan a una regencia blanda, para no incomodar a nadie aunque aumenten los contagios. Es su estilo habitual menos con el Gobierno de la nación, que es su rival a la hora de ponerse medallas y quitarse culpas. (Táctica que desde La Moncloa practican con el mismo ahínco en sentido contrario).

En Andalucía se da marcha atrás con pérdida de autoridad. Qué más da. Tengo un amigo que sostiene que hemos visto en las últimas cuatro décadas cómo se nos iban de las manos dos cosas: las autonomías y las oenegés. Los señores que mandan en la Junta han decidido que el reloj no marque las horas de cierre de la hostelería con una pequeña coartada para no perder la cara: que entre las 18:00 y las 20:00 rija la ley seca en bares y cafeterías de la región, como en Estados Unidos entre 1920 y 1933. Es continuación de los principales mensajes de San Telmo desde que empezó la pandemia: aquí no sólo tenemos el mejor personal sanitario de España, sino sobre todo el mejor público, ese que debe votarles dentro de dos años y que hasta entonces es la principal razón de su existir.

La Junta ha establecido que bares y cafeterías no cierren a media tarde con esa sola advertencia: nada de alcohol. El alcohol ya se sabe que produce desinhibición, lengua suelta, exaltación de la amistad y cánticos regionales y todo eso contribuye a la propagación del virus, mucho antes de llegar a las fases finales de pérdida del equilibrio, de la memoria y el desalojo del local. Como el que hace la ley hace la trampa, nos podemos ver aquí como en el Nueva York de los años 20, pidiendo el alcohol en tazas de café, o como dice una amiga mía con el tradicional carajillo, el café con su brandy y así la policía que vigile tendrá que oler taza por taza.

En resumen, el Gobierno andaluz adopta una posición permisiva, prolonga los bares abiertos, cede a la presión de una hostelería angustiada por sus enormes pérdidas y tira monedas al aire con la esperanza de que salga cara en todos los casos. Lo importante es quedar bien con el máximo de gente posible. Para eso el trío Moreno, Marín y Bendodo interpreta sin parar el famoso bolero que dice me importas tú, y tú, y tú y solamente tú... Que Dios reparta suerte.

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