L A cera alimenta gota a gota el chirriar de los coches mientras los niños estrenan corralito en Salesianos; "sangre nueva, el relevo" como diría el Don Amadeo de Domínguez Bandera o "Don Bosco colega lo tuyo se pega" como cantan los alumnos de San Bartolomé. En la plaza del Obispo un hombre de cincuenta y dos años, vecino de Marbella, será liberado por El Rico; una mano amiga inaugura un nuevo periodo de libertad ante la puerta principal de la casa del infinito amor de Dios. Cientos de Palomas reparten paz mientras Málaga se sigue inventando su particular "la puente" para su evangelio. Una lanzada atraviesa el costado de Jesús en Dos Aceras y el último aliento la plaza de Enrique Navarro. Azotes de sangre, Exaltación de escalofrío, alma ciega de purgatorio y Mayor Dolor de María parten de San Juan; todos buscan la resurrección definitiva, porque la "muerte no es el final". Libertad y sufrimiento ingredientes indispensables de la vida.