Librar a los sediciosos

Hoy por hoy, ser socio del Ejecutivo y saltarse a la piola la Constitución está saliendo gratis o casi

Dicen los periódicos que más de catorce mil ovejas -y cabras, también- en el norte de la provincia de Granada han sido inmovilizadas en evitación de que se extienda una epidemia de viruela ovina recientemente aparecida, recomendándose, asimismo, que se evite el pastoreo con estos animales. "Éramos pocos y parió abuela", que afirma el certero y viejo refrán. En realidad esto no es sino una, una más de las a modo de plagas, como las que relata el libro del Éxodo, en la Biblia, que envió Dios a Egipto para que el faraón dejase libre al pueblo judío, nos están atenazando día a día de forma y manera que, si ahora toca a las ovejas y a las cabras -a los humanos dicen que no nos afecta- semanas atrás lo fue con las vacas lecheras que vivían tan ricamente en los prados que serpentean en la cornisa cantábrica y otros nortes peninsulares. Dicen que, por razones de pura economía ya se han sacrificado más de seis mil de esas reses para ser vendidas como carne.

¿Qué nos faltará ya por ver y padecer? Pues el desastre de este año en la producción de aceite de oliva, por ejemplo: la ausencia de lluvia no sólo ha afectado drásticamente al cultivo de grano alimentario, en tierras de secano, sino también y muy especialmente al preciado fruto de los olivares. Esto hará, con toda seguridad, que el precio de adquisición de esta grasa vegetal, tan importante para la economía de las provincias de Granada, Jaén, Córdoba y Sevilla, principalmente, suba notoriamente, como tantos otros productos nos hacen cada vez más difícil llenar el carro en el supermercado.

Y seguimos sin ver la lluvia por el sur, por este sur. Esa lluvia otoñal y romántica que ha distinguido esta estación meteorológica, cubriendo a estas fechas las alturas de Sierra Nevada con las primeras nieves. Este año se resiste en aparecer, ascendiendo, por el contrario, hasta alturas poco frecuentes el plateado mercurio de los termómetros que marca temperaturas máximas y mínimas tan sorpresivas por infrecuentes, como inconvenientes para el normal desarrollo de la naturaleza y la agricultura. Suma y sigue.

Y estas son sólo algunas cosillas que contribuyen a hacernos la vida más difícil de cómo ya viene poniéndonoslas este (des)Gobierno socialcomunista, que nos amenaza ahora y muy en serio, con lo que los economistas llaman un "presupuesto expansivo", ¿para ayudar a la economía nacional? No, entramos en año electoral. Será para pagar, así, voluntades afectas y los caprichos y favores de sus indeseados socios separatistas vascos y catalanes a los que, además, pretende aflojarles el rigor escaso del Código Penal, para los delitos de sedición. Y es que, en este país, hoy por hoy, ser socio del Ejecutivo y saltarse a la piola la Constitución, está saliendo gratis o casi. ¡Hombre, a lo peor hasta los condecoran!. ¿O no?

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