Editorial

Limasa, un conflicto cerrado en falso

LOS trabajares de la empresa mixta de limpieza Limasa regresaron ayer tarde a su trabajo y dieron por finalizado un conflicto que se ha prolongado durante 11 días y ha dejado en las calles de la capital más de 5.000 toneladas de desperdicios. Un gran alivio que pone fin a una pesadilla que había causado ya enfrentamientos y actos vandálicos muy preocupantes. El daño económico por el deterioro de la imagen de la ciudad en unas fechas tan cercanas a la Semana Santa aún es pronto para evaluarlo. El conflicto termina pero sólo por el momento. Más allá de las buenas palabras, la realidad es que el acuerdo alcanzado sólo sirve para desconvocar esta huelga. El futuro inmediato sigue pendiente de que un juez se pronuncie, posiblemente en otoño, sobre la demanda de conflicto colectivo que presentó la empresa y determine si los pactos alcanzados desde 2013 en adelante tienen rango de convenio colectivo o hay que retrotraerse al último firmado cuya vigencia expiró en 2012. El escenario de incertidumbre a partir de la decisión judicial es, por tanto, evidente. Eso sí, la plantilla se garantiza por escrito que la nueva entidad que gestione la limpieza en Málaga, cuando termine la actual concesión este año, deberá asumir el personal actual y respetarle también sus actuales condiciones socioeconómicas, se supone que el epígrafe engloba esa polémica transmisión hereditaria de los puestos laborales. En pleno debate sobre el modelo de gestión que debe presidir la prestación de este servicio esencial a partir de 2017, el Ayuntamiento, sin ninguna contrapartida a cambio, pierde así la única baza a su favor: la posibilidad de municipalizar la limpieza y crear, con el tiempo, desde cero una nueva entidad que no genere agravios comparativos con los funcionarios de la Casona del Parque o, en el caso de mantener la actual privatización del servicio, dejar un margen a la futura empresa adjudicataria para fijar las condiciones laborales de la que será su plantilla. Para cerrar el círculo, se da la paradoja de que incluso para que el Consistorio pueda sacar a concurso la gestión de la futura Limasa 4, es necesario que esté vigente un convenio colectivo para que los aspirantes puedan presentar una oferta. Unos 1.100 euros de paga de productividad este año. El disfrute de todos los fines de semana, cuando hasta ahora el personal fijo únicamente trabajaba un sábado de cada cuatro, y 15 días de las vacaciones en los meses del verano. Éste es el acuerdo alcanzado y la razón por la que la capital de la Costa del Sol ha abierto durante varios días los principales informativos de las televisiones nacionales. No es para que alguien se atreva a presumir de su actuación.

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