Cuando yo era niño y vestía pantalones cortos, el régimen franquista representaba a los comunistas de color rojo con cuernos y rabo. Pretendía inculcarles a los niños que los comunistas eran tan malos como los demonios. Me asombra que ahora, tras cuarenta años de democracia en los que, salvo el terrorismo de ETA, hemos convivido en paz y la política se ha desenvuelto dentro de la más absoluta normalidad, el gobierno de coalición PSOE-UP, nos venga con la misma canción respecto de los militantes de VOX y nos los pinten como demonios con cuernos y rabos muy peligrosos para la democracia en España.

Plantear unas elecciones autonómicas bajo el lema "No es solo Madrid es la democracia" es de una enorme irresponsabilidad, especialmente porque es el Gobierno de todos los españoles quien está detrás de esa campaña. Y por descontado que también es una irresponsabilidad y un error el planteamiento del PP de Madrid con su lema "comunismo o libertad". Unos y otros han convertido unas elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid en un remake de la toma de Madrid en la Guerra Civil. Rememorar el "No pasarán" del Frente Popular es aberrante y peligroso. Por ese camino vamos muy mal.

El presidente Sánchez, como responsable máximo de este país, tiene la obligación de apagar este incendio absurdo. Los españoles, especialmente los jóvenes, no se merecen esto. Nuestros jóvenes lo que necesitan es que se les proporcione educación, trabajo, justicia y paz, y no éste bochornoso espectáculo político guerracivilista por el poder.

Termina Pablo Iglesias su carta, tras las amenazas recibidas por correo, que "Para ser demócrata hay que ser antifacista". Totalmente de acuerdo, pero para ser exactos hay que rematar la frase, porque también para ser demócrata hay que ser anticomunista. En general, para ser demócrata hay que ser antitotalitarista, estar abierto a contraponer todas las ideas escuchando las de los demás. Como decía Juan de Mairena, el apócrifo profesor de Don Antonio Machado: "El Demonio, a última hora, no tiene razón; pero tiene razones. Hay que escucharlas todas". Sr. Iglesias, democracia y usted son los dos términos de un oximorón.

Ha hecho mal, muy mal, Vox, no condenando explícitamente un acto tan reprobable y criminal como el sucedido con las cartas de amenazas a Marlaska, Gámez e Iglesias, sea quien sea el autor (o autores). Pero de ninguna de las maneras se puede permitir que el presidente del Gobierno amenace a un partido de la oposición: "El viernes Vox cruzó una línea roja y os aseguro que va a ser la última línea roja que cruce". ¿Qué va a hacer señor Sánchez? ¿Va a encarcelar a todos sus militantes o solo al jefe de la oposición, al estilo Maduro? ¿Cuántas líneas rojas han pasado en sentido contrario Iglesias, Echenique, Otegui o Rufián, y los tiene usted de socios? Dedíquese, presidente, si quiere hacerle un favor a este país, a echarle agua al fuego y no lo incendie más. Procure que las elecciones de Madrid se hagan en paz y retire el cartel del "no pasarán" y que pase el que lícitamente gane las elecciones. Todos los partidos que están en liza son legales. Se lo recuerdo porque fue lo que Ud. dijo al pactar con Bildu. Así que por favor, eviten todos, derechas e izquierdas, traspasar líneas rojas y déjennos vivir en paz a los españoles.

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