La esquina

josé / aguilar

Lío socialista con imputados

CUANDO los socialistas se ponen a dispararse contra sí mismos, se ponen de verdad. Son los mejores en caer en sus propias trampas. Auténticos especialistas en acercarse al abismo... y dar un paso adelante. Con la imputación de Chaves, Griñán y los otros tres, que declararán en abril como imputados sin estar formalmente imputados en delitos (se les podría calificar de investigados o indagados), lo han demostrado una vez más.

Desde el punto de vista jurídico, los cinco aforados llamados al Tribunal Supremo están igual que estaban antes de la providencia dictada por el instructor. No lo digo yo, sino el presidente del Supremo, Carlos Lesmes, que acaba de zanjar el debate: su citación es un "mero trámite" que "no significa nada a día de hoy", trámite obligatorio antes de que se archive la causa -en lo referido a ellos- o se les imputen delitos concretos.

Lo que ocurre es que los que mandan en el PSOE se descubren ahora presos de sus palabras. Rehenes de los pronunciamientos rotundos lanzados para desembarazarse de la mancha de la corrupción y presentarse como abanderados del socialismo limpio y honesto. En noviembre de 2014, Susana Díaz era así de tajante: "Cualquier persona imputada, cualquiera, dejará su escaño". En diciembre, Pedro Sánchez no se quedaba atrás: ¿imputación de Chaves y Griñán? "Les exigiré que suman sus responsabilidades políticas. Tendrán que abandonar su puesto de diputado" (bueno, en el caso de Griñán sería el de senador).

Llegaron ambos más lejos de lo que el PSOE planteaba oficialmente, ya que una conferencia del partido celebrada en Valencia acababa de impartir doctrina al respecto: los parlamentarios incursos en procesos por corrupción serían suspendidos cuando sean llamados a juicio oral. Pillados a contramano, Sánchez y Díaz ya no exigen la renuncia de Griñán y Chaves por declarar como imputados, pero tampoco la pedirán cuando se dicte la apertura de juicio. Ahora se han inventado una tercera vía: dejarán el Congreso y el Senado -si ellos aceptan- cuando haya, si lo hay, auto de imputación formal. En el trámite presuntamente siguiente al que comentamos.

La incongruencia de Pedro Sánchez supera incluso a la de Susana Díaz: se carga a Tomás Gómez por un asunto de Parla en el que nadie le imputa ni acusa, pero mantiene a Chaves y Griñán, llamados al Supremo en calidad de imputados. Especialista en caer en su propia trampa.

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