EL director de Greenpeace en España y otros tres activistas de la organización fueron puestos en libertad ayer tarde por la Justicia danesa después de haber permanecido 20 días en prisión preventiva, aislados y sin ser conducidos ante un juez. Juan López de Uralde, colaborador del Grupo Joly, se coló en la cena de clausura de la cumbre contra el cambio climático, celebrada el 17 de diciembre en Copenhague falsificando, junto a sus compañeros, matrículas de coches del Cuerpo Diplomático y credenciales para la ocasión. Nada más entrar en el salón oficial de la recepción desplegaron una pancarta en protesta por el escaso éxito de la cumbre y fueron detenidos al instante. Lo que podía haberse zanjado con una sanción administrativa o un juicio menor se convirtió, por la insólita actitud de las autoridades de Dinamarca, en un encarcelamiento prolongado en condiciones de aislamiento, como si lo que se pretendiera fuese escarmentar a los activistas por su osadía. No hubo violencia alguna en su acción, pero la falsificación realizada, la suplantación de personal diplomático y el allanamiento de una sede de la Casa Real han servido de base para aplicar a los cuatro líderes de Greenpeace un trato más apropiado para terroristas y peligrosos delincuentes. No había razón alguna para la prisión preventiva durante tres semanas de ecologistas caracterizados por su atrevimiento y originalidad, pero nunca por acciones violentas. Ni siquiera podía pretextarse, como se ha hecho, que se les mantenía en la cárcel por temor a que se diesen a la fuga o destruyesen pruebas. Lo primero supone desconocer que para Greenpeace un juicio significa la posibilidad de difundir ampliamente sus consignas y reivindicaciones; lo segundo, la destrucción de pruebas, es ridículo en un caso como éste, en el que los hechos están establecidos y aceptados por los acusados. Finalmente, las movilizaciones internacionales y las gestiones diplomáticas han impuesto el sentido común. Los cuatro han sido liberados. Ahora la Justicia determinará si son sometidos a juicio y con qué cargos. Lo normal. Lo anormal era la situación que han vivido hasta ayer.

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